La caída del monumento a Chávez, símbolo de una era política que muchos venezolanos desean dejar atrás, refleja el descontento generalizado con el actual régimen y la demanda de un cambio profundo en el liderazgo del país.
En un acto de protesta que captó la atención nacional e internacional, una turba enardecida derrumbó la estatua del expresidente Hugo Chávez Frías, ubicada en la plaza de la avenida Shema Saher, en la ciudad de Coro, estado de Falcón, al noroeste de Venezuela.
La escena, registrada en videos difundidos en redes sociales, muestra a un grupo de manifestantes aglomerándose alrededor del monumento antes de que uno de ellos lo golpee con un objeto contundente hasta hacerlo caer.
Una vez que la estatua quedó en el suelo, la multitud celebró su acción con vítores y júbilo. Los presentes levantaron las manos, saltaron y aplaudieron, expresando su descontento y alegría por el acto simbólico.
Este incidente ocurre en un contexto de creciente malestar en Venezuela, tras los resultados de las recientes elecciones presidenciales. El pasado domingo 28 de julio, el Consejo Nacional Electoral (CNE), sirviente a la dictadura, gestó un fraude electoral y anunció que Nicolás Maduro había ganado con más del 50% de los votos, resultado que ha generado una fuerte reacción en distintos sectores de la sociedad venezolana e internacional.