Petra Saviñón Ferreras
Ahora que estrenaremos autoridades, que ofertaron a la nación la idea de que son el cambio, esperaremos confiados en que eso sea cierto, porque conviene a todos.
Cuando un gobierno actúa con la mira puesta en el bienestar colectivo, hay un ganador en singular que aglutina a una pluralidad en el sentido amplio de la palabra, el país.
Yo quiero un cambio, él quiere, ellos quieren, nosotros queremos, ustedes quieren o sea, una República completa espera confiada que mano a mano podamos trabajar para salir no solo de esta pandemia que asusta y lacera a las familias y socava la economía. No.
Queremos más que eso, necesitamos dejar atrás injustos privilegios como los que disfrutan los legisladores. Tantas voces son alzadas para que desistan por la situación que enfrenta el Estado efecto del covid-19.
Mas, esta no debe ser la razón real, ese favoritismo nunca debió existir. Es ilegal, claro, pero aunque esté avalado por alguna ley, no todo lo legal es correcto. Es por tanto, abusivo, lancinante al erario.
Necesitamos voluntad firme, decisiva para sacar a la gente de la pobreza. No un gobierno que prometa la doble “esa no debe estar pa nadie”.
Ameritamos llenar República Dominicana de politécnicos para que los muchachos egresen de la educación secundaria con una profesión que les permita seguir sus estudios del tercer nivel o vivir de ese oficio y claro, la salud y el respeto a los derechos humanos deben ser prioridad.
Sobre todo, urgimos trabajar de inmediato sin recostarse en el cliché de que los otros nos dejaron todo lo malo.
“Tenemos el compromiso de darle continuidad a todos los interesantísimos proyectos que este Gobierno ejecuta y que generan mucho valor en esta sociedad”, expresó Lisandro Macarrulla, coordinador de la Comisión Técnica de Transición del presidente electo Luis Abinader.
La vicepresidente, Raquel Peña, también destacó los programas de la Vicepresidencia de la República que dijo continuará.
Son estos buenos ejemplos para aprender a valorar lo positivo de los contrarios, lo mismo que la autocrítica. Ser capaz de ver lo malo que hacen los propios y denunciarlo ayudará a fortalecer, a sanear este sistema.
Y si esta gestión no cumple, no lo hace bien “pa fuera también”