María Fals
La autora es crítica de arte
El arte del renacimiento Español se extendió hasta el siglo XVII y poco a poco fue derivando hacia el Barroco
El renacimiento artístico llega a España en el siglo XVI. Entre las causas de su llegada están los contactos culturales entre Italia y España, debido a las guerras religiosas y de conquista que desarrolló Carlos I de España sobre los territorios de la península itálica.
En el arte, el renacimiento español fue una mezcla de estilos subyacentes como el gótico y el mudéjar con el arte renacentista, que ya previamente se había mezclado con el manierismo, que es un estilo recargado e inestable, reflejo subjetivo de un período convulso.
En la arquitectura, se manifiesta a través de diferentes variantes presentes en España y en muchas de sus antiguas colonias: el gótico isabelino, con sus decoraciones de escudos de armas y de imitaciones de collares de perlas en capiteles y arcos en las entradas de las capillas de las iglesias y, como sucede en la catedral de Santo Domingo, actual República Dominicana, el plateresco, caracterizado por la decoración encuadrada, el uso de formas imitativas de conchas y la presencia del alfiz o decoración centrada alrededor de la portada y el estilo purista presente en el Palacio de Carlos V en Granada, que insertó en un juego compositivo un patio circular en un
edificio cuadrado.
También puede apreciarse el herreriano, que toma su nombre del apellido del arquitecto Juan de Herrera (1530- 1597) creador del palacio- convento San Lorenzo del Escorial, cuyas formas severas y poco decoradas están llenas de monumentalidad y matizadas por bellos y extensos jardines.
La escultura realizada por artistas españoles se hizo fundamentalmente en madera y con tema religioso, debido al fuerte catolicismo imperante a nivel espiritual y político. La madera se recubría de yeso y posteriormente se pintaba, elaborando imágenes de santos, de vírgenes, de Belenes, del Cristo yacente, entre otros, muchas veces de tamaño natural. También en ocasiones las vestían, ponían pelucas y ojos de cuentas de vidrio para acentuar el realismo naturalista.
Entre los principales artistas imagineros españoles del siglo XVI destacan Alonso Berruguete (1488-1561) y Juan de Juni (1506-1577). Alonso Berruguete fue también pintor. Su obra escultórica fue extensa y viajó a Florencia donde conoció las técnicas de grandes artistas como Rafael y Miguel Ángel. Su arte es original, expresivo, dotado
de un gran dramatismo y dedicado a lo religioso. Entre sus obras destacan San Sebastián y La adoración de los Reyes, ambas realizadas en Valladolid.
Juan de Juni utilizó, además de la madera, la piedra y la cerámica. Con su estilo dinámico, similar al de Berruguete en la búsqueda de efectos dramáticos y conmovedores, buscó dotar a sus obras de gran fuerza espiritual. Entre ellas se aprecian El Entierro de Cristo en Valladolid y La Piedad de Medina del Campo.
En la pintura estuvieron presentes pintores extranjeros como Doménico Teotokópoulos, conocido como El Greco (1541-1614) quien desarrolló en Toledo una obra de fuerte influencia manierista, llena de profundidad conceptual, en la que las figuras alargadas y con luz inmanente transmiten una fuerza extraordinaria como sucede con La Trinidad (1577-1579).
Entre los nacidos en España estuvo Luis de Morales (1509-1586) cuyo arte mezcla el renacimiento y el manierismo, así como las influencias de Leonardo y Rafael. Creador de transparencias y de texturas hermosas, en su estilo predominó lo religioso. Entre sus obras destaca La Virgen con el Niño (1565), cuyo velo casi invisible es estirado por la manita del niño Jesús.
Juan de Juanes (1507-1579) fue otro español que expresó en sus pinturas la sensación de movimiento, el realismo y la influencia árabe. Entre sus obras podemos apreciar La última cena (1562) y algunos retratos como el de Alfonso V de Aragón (1557).
El arte del renacimiento Español se extendió hasta el siglo XVII y poco a poco fue derivando hacia el Barroco, en una lenta evolución en la que se mantuvo presente el realismo, la profundidad de la fe expresada a través de obras artísticas inmortales y un sello original y al mismo tiempo ecléctico, que tuvo gran influencia en el arte colonial de la América hispana.