El papa Francisco participó este miércoles en una oración ecuménica mundial para «implorar la misericordia para la humanidad, duramente golpeada por la pandemia del coronavirus».
«Hoy nos hemos dado cita, todos los cristianos del mundo, para rezar el ‘Padre Nuestro’, la oración que Jesús nos enseñó», dijo hablando en directo en vídeo desde su biblioteca del palacio apostólico del Vaticano.
«En este momento queremos implorar misericordia para la humanidad duramente golpeada por la pandemia del coronavirus. Y lo hacemos juntos, cristianos de todas las Iglesias y Comunidades, de todas las edades, lenguas y naciones», expresó el papa argentino.
«Rezamos por los enfermos y sus familias; por los trabajadores de la salud y los que los ayudan; por las autoridades, las fuerzas del orden y los voluntarios; por los ministros de nuestras comunidades», agregó el pontífice, tras lo que rezó la oración del Padre Nuestro.
Diócesis de todo el mundo se movilizaron para invitar a los fieles a la oración.
El obispo de Canterbury, Justin Welby, jefe de los anglicanos, se unió a la oración ecuménica del papa en su cuenta de Twitter. La Iglesia Ortodoxa y también las organizaciones de la Iglesia evangélica respondieron a la invitación.
El líder de los 1.300 millones de católicos en el mundo presidirá una oración el viernes para los católicos en la plaza de la basílica de San Pedro, ahora vacía, a la que seguirá una excepcional bendición «Urbi y Orbi» (a la ciudad y al mundo).
El papa menciona cada mañana la pandemia del coronavirus antes de celebrar una misa habitualmente privada pero ahora retransmitida en directo desde la pequeña capilla de su residencia de Santa Marta, donde vive en la Ciudad del Vaticano.
«Pienso con gratitud en el silencioso testimonio de tantas personas que, de diversos modos, se están dedicando al servicio de los enfermos, de los ancianos, de los que están solos y de los más necesitados», dijo desde su biblioteca en ocasión de la tradicional audiencia semanal, que ya no tiene lugar en la plaza de San Pedro con decenas de miles de creyentes y turistas.
AFP