Margarita Quiroz
La vida privada del patricio Juan Pablo Duarte históricamente ha sido relegada. Con gran justicia en la balanza ha pesado más su sacrificio, lucha y gran obra independentista. Esta parte de su vida, prácticamente desconocida, imprecisa y contradictoria, con el pasar de los años sigue siendo relatada de forma especulativa y hasta con ciertos matices novelescos.
El responsable fue su tío José Prudencio Díez, hermano de su madre Manuela Díez, quien por temor a represalia contra la familia por parte de los haitianos invasores quemó todas las pruebas, haciendo énfasis en las pertenecientes al patricio: su diario, cartas y escritos sobre su proyecto de nación libre y democrática.
De ahí que muchos episodios de la vida de Juan Pablo Duarte y, en particular éste, sean prácticamente desconocidos. Que cuántos amores tuvo, si casó y si dejó descendencias han sido los puntos más debatidos de la vida íntima de este gran hombre.
Su hermana Rosa Duarte, con una visión muy adelanta para la época, escribió en su diario personal lo poco que se conoce sobre él. En lo que luego fue llamado ‘Apuntes de Rosa Duarte´’ o ‘Apuntes para la Historia del General Juan Pablo Duarte’, esta valiente mujer relata los hechos y vivencias que se conocen sobre él y que han servido de base a sus más destacados biógrafos e historiadores.
Sin duda, Duarte fue un hombre iluminado, desinteresado, valiente, sano y muy sacrificado. Siempre actúo apegado a los cánones sociales, las leyes y principios religiosos. Nunca emprendió ningún proyecto que no tuviera marcado por el interés colectivo. Fue un apóstol al servicio de los demás, hasta el punto de sacrificarse a sí mismo.
Pero independientemente de todo esto Juan Pablo Duarte fue un ser normal, como los jóvenes de la época, romántico, con gran sensibilidad por la música, la poesía y quien despertó grandes pasiones entre hombres y mujeres que le siguieron como líder y creyeron fervientemente en su causa libertadora.
No fue un misógino, por el contrario, siempre sintió atracción por los encantos femeninos, y fue correspondido. Como bien relata su hermana, tuvo dos compromisos serios y formales, pero «su vocación patriótica no le permitió relaciones duraderas», destaca Emilio Rodríguez Demorizi, quien fue uno de sus grandes estudiosos.
Amén de su inteligencia, valentía y liderazgo Duarte fue un hombre muy bien parecido. «De ojos azules, mirar sereno, tez suave, color rosada, labios finos y cariñosa sonrisa» al decir de José María Serra.
Entonces, ¿quién puede afirmar que nuestro padre de la patria solo tuvo estos dos romances?, esta interrogante se las plantean, en entrevistas separadas, el joven historiador Juan Gilberto Núñez y José Joaquín Pérez Saviñón, director del Instituto Duartiano.
¿Su primer amor, su primer compromiso?. A los 23 años Juan Pablo Duarte se comprometió por primera vez con María Antonia Bobadilla, una criolla de descendencia española quien recibió de este, como sello de su amor, una delicada sortija en oro amarillo y piedra negra, la cual perteneció a su madre doña Manuela Díez, y se preserva como una de las pocas pertenencias en el Museo-Casa de Duarte.
El noviazgo no fue duradero ¿la causa?, se desconoce, así coinciden historiadores como Rodríguez Demorizi y Vetilio Alfau Durán. Pero como nos comentan Núñez y Pérez Saviñón- como si uno secundara al otro- la realidad es que «el gran amor de Duarte fue la Patria, su gran amada la República Dominicana».
«Hasta cuando el amor le encadena fugazmente, una y otra vez, la Patria está presente y se interpone victoriosa», relata Rodríguez Demorizi.
Para Juan Gilberto Núñez, «Duarte sí tuvo varias relaciones sentimentales, fue un hombre, inteligente, muy bien parecido, con una visión futurista, quien viajó por Alemania, Francia, Barcelona, Estados Unidos, Venezuela, Puerto Rico, Curazao un líder, que encendía pasiones, entonces, ¿por qué negarlo?», enfatiza. Aunque, por otro lado dice: «La vida de Duarte lamentablemente hay que contarla como una novela, la historia no recoge el día a día de su vida».
Rodríguez Demorizi describe en sus escritos un dato interesante y que afianza la versión de Núñez, «En su paso por Hamburgo, Alemania, adonde llegó en octubre de 1844, exiliado por Pedro Santana y luego de asistir a diversas actividades y visitar los monumentos más representativos de la ciudad, Duarte dice: «Debo a la alta sociedad hamburguesa, o si se quiere, a la aristocracia, muchas pruebas de estimación y respeto; el considerar que estaba sufriendo por mi patria me atrajo muchas simpatías hasta en el sexo bello. Las hamburguesas son afables, pero lo que las hace más amables es que unen la amabilidad al decoro». Esta versión también sustenta las declaraciones de Pérez Saviñón quien señala que Duarte le escribía poemas de amor a una bella venezolana durante su exilio.
En sus años juveniles -amplía- Duarte era músico, tocaba guitarra, flauta y escribía poemas lo que nos hace suponer que declamaba versos pegado de una ventana enamorado de alguna muchacha, aunque de eso no tenemos ninguna constancia.
Prudencia- Nona- Lluberes Álvarez, la segunda novia de Juan Pablo Duarte.
Nació el 19 de octubre de 1821. Con sólo 17 años, se convirtió en la segunda novia del patricio, como bien lo describe en sus Apuntes Rosa Duarte. Era una criolla de descendencia catalana a quien también entregó una sortija. Fue el romance más intenso y largo de Duarte, sin embargo, tampoco se pudo concretizar en matrimonio.
Según datos históricos, a los cuales hace referencia Pérez Saviñón, Prudencia decía a sus parientes: Nunca más me uní a otro hombre porque en mi recuerdo en el tiempo que pudimos compartir fue un amor intenso, verdadero, de esos que sólo termina cuando termina la vida y sé que cuando finalice mi existencia, él vendrá por mí y ya nadie ni siquiera los traidores nos podrán separar.
Vetilio Alfau cuenta que Prudencia, quien era hermana del general Feliz Mariano Lluberes, se entregó a la causa revolucionaria cuando apenas tenía 17 años bajo las órdenes inmediatas de Duarte. Prudencia hizo de su memoria un culto hasta su muerte en 1893.
Para mí, nos dice Pérez Saviñón, el amor más profundo de Duarte fue por Prudencia Lluberes, quien lo adoró hasta su muerte, porque ya ancianita, cuando trajeron los restos de Duarte la sacaron al balcón de su casa y dijo: Hasta aquí te sigo Juan Pablo.
Nona nunca casó e hizo de su amor por Duarte un sacerdocio, quisieron casarse por la Ley pero su padre enfermó y ella no pudo ir a Venezuela junto a su amado, falleció mientras se encontraba al cuidado de una hermana, a los 72 años, en su residencia de la Isabel La Católica, por la cercanía del Parque Colón.
Hermana del general Félix Mariano Lluberes, independentista y prima hermana de Manuel de Regla Mota Álvarez, presidente de la República en 1856.
El anillo de compromiso, de esmeralda verde, que le regaló el Prócer, era conservado por la familia Lluberes, según testimonio de los historiadores Alcides y Leonidas García Lluberes, hijos del historiador José Gabriel García y Juana Remigia Lluberes Contreras. Murió el 07 de Diciembre de 1893.
Fuente: HOY