Margarita Quiroz
Para muchos, entre los que me incluyo, la gente que viola las medidas anticovid, no quiere a su país, lo hacen ante una total provocación a las autoridades
Los beneficios millonarios recaudados por el gobierno dominicano producto de las violaciones del toque de queda, hablan por si sólo del nivel de desobediencia ciudadana; RD$92.7 millones pesos, casi cien millones, es decir, con lo que podríamos construir dos o tres escuelas para educar a cientos de cerebros «tapados», que aún no entienden la magnitud e implicaciones de la pandemia de la covid-19.
Pero, al analizar este punto un poco más hacia abajo, esta cifra no se puede comparar al gasto que ha incurrido el gobierno – claro, provenientes de nuestros impuestos- en el sector Salud a causa de este virus. ¡Y lo que falta! Se estima que para enfrentar la pandemia, este año, el gobierno necesita de RD$63,812.6 millones de pesos.
Para muchos, entre los que me incluyo, la gente que viola las medidas anticovid, no quiere a su país, lo hacen ante una total provocación a las autoridades, más que no querer acatar lo impuesto o experimentar cierta adrenalina, un punto del que debe tomar nota el actual gobierno.
Ante la triste realidad en que vivimos, el presidente Luis Abinader ha sido reiterativo en sus llamados para que el pueblo acate las medidas sanitarias. Lo ha hecho en diferentes tonos, dulce, conciliador y hasta con fuertes advertencias: «aquí hay que respetar la ley ‘sea quien sea’ ”, dijo al inicio de las fiestas navideñas el mandatario.
Las redes sociales han servido de plataforma de divulgación de videos y fotografías que muestran a la población en general tal desacato. Hemos visto, en pleno horario de toque de queda, fiestas en calles de barrios muy populares, algunos se han atrevido a disfrazar un club con el nombre de una iglesia evangélica, otros realizar bodas multitudinarias y hasta grupos se esconden en montes, con gran cantidad de alcohol, ¿diga usted, cuál es la lectura de esto?
Quienes se atreven a realizar esta práctica se arriesgan a todo, no temen a sanciones, aunque con frecuencia se recuerden en los medios de comunicación, aparte de amanecer «trancao», están propensos a pagar multas que oscilan entre mil a 100 mil pesos, ¡que no es un maíz!
En definitiva, la desobediencia ciudadana es el principal reto en que se enfrenta el gobierno y las autoridades del orden del país, durante esta terrible pandemia.
Es hora de recordar nuestras vidas antes de marzo del 2020, revisar los privilegios que disfrutábamos, la libertad con la que nos desplazábamos, luego… sacar balance de la cantidad de personas que ya no están con nosotros y, mientras seguimos proyectando recuerdos en nuestra memoria nos detenemos a comparar todo, con la crisis que nos afecta.
RD, es tiempo de parar. Esto es un asunto de todos, mientras más desobediencia, más tiempo vamos a permanecer viviendo esta pesadilla. ¡Es simple! Todos los dominicanos debemos aportar una cuota de responsabilidad, el gobierno tomar medidas más efectivas y, aunque no nos guste, más restrictivas, la ciudadanía debe obedecer las disposiciones establecidas y los policías y militares, ahora, un poco motivados tras el aumento salarial, deben mejorar su desempeño laboral y castigar a los que, en ocasiones son cómplice de la desobediencia.