La segunda vuelta de las presidenciales ecuatorianas dejó como ganador al conservador Guillermo Lasso, que se enfrentaba a su tercera intentona presidencial frente al candidato correísta Andrés Arauz.
El recuento provisional arroja un 52,41% % de los sufragios para Lasso y 47,59% para Arauz. Hubo 1,7 millones de votos nulos, que podrían haber decantado el resultado final, influenciado por la petición de ese sufragio por parte del partido indigenista de Yaku Pérez.
Existe un dicho popular que afirma que a la tercera es la vencida. Tras este domingo 11 de abril, Guillermo Lasso podría adoptarlo como lema personal. El candidato conservador del movimiento Creando Oportunidades (CREO) en alianza con el Partido Social Cristiano, alcanzó la Presidencia de Ecuador en su tercera candidatura presidencial, tras perder en 2013 contra Rafael Correa y en 2017 contra Lenín Moreno.
Con el 98,83 % de votos escrutados por parte del Consejo Nacional Electoral, Lasso obtuvo un 52,41% de los sufragios frente al 47,59 % de Arauz. Los más de 1,7 millones de votos nulos podrían haber decantado el resultado final, influenciado por la petición de ese sufragio por parte del partido de Yaku Pérez, el candidato indígena que acusó al Consejo Nacional Electoral (CNE) de fraude electoral en primera vuelta.
Lasso devuelve de esta manera a la derecha ecuatoriana al poder, si bien el cambio ideológico de Lenín Moreno durante su presidencia provocó el acercamiento entre los presidentes saliente y entrante de Ecuador.
Lasso llegó a denunciar fraude electoral tras su derrota ante el entonces candidato del expresidente Rafael Correa, de quien posteriormente se distanció tras su viraje hacia una política neoliberal que abrazó los postulados del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Entre los aplausos y gritos de «¡Lasso presidente!» de quienes se encontraban encima y debajo de la tribuna sobre la que el conservador dio su primer discurso como ganador de las elecciones, el futuro presidente de Ecuador quiso mandar un mensaje a los ecuatorianos que le dieron su confianza y “salieron a votar democráticamente”. Agradecer a los ecuatorianos que “creemos en la democracia, los ecuatorianos que creemos en la libertad”, reiteró.
Asimismo, tuvo un recuerdo especial para su esposa y para su numerosa familia, tras haber agradecido el apoyo de Jaime Nebot, presidente del PSC, y a todos los equipos de las dos formaciones políticas en coalición en un discurso que dejó entrever los valores conservadores y cristianos del candidato, conocido simpatizante del Opus Dei, que recalcó que “la familia es el valor fundamental de la sociedad”.
Un reconocido banquero que comenzó a trabajar a los 15 años
Su numerosa familia forma parte del prototipo de las élites acaudaladas de Guayaquil, pero recuerda también a unos orígenes humildes de los que Guillermo Lasso ha presumido en numerosas ocasiones.
Con 11 hermanos mayores que él, Lasso siempre ha recalcado que antes de llegar a ser banquero de éxito tuvo que empezar a trabajar en la Bolsa de Valores de Guayaquil a la temprana edad de 15 años.
Desde entonces, Lasso ha alcanzado altas cotas de poder en el sector financiero, liderando entidades como el Banco de Guayaquil. Pero su perfil económico no siempre se ha visto asociado al éxito. Son muchas las voces que lo señalan como culpable de la grave crisis económica que sufrió Ecuador en 1999 tras ser nombrado como ministro de Economía.
Entre 1998 y 1999, Ecuador vivió una crisis de inflación, financiera y de deuda soberana que acabó con la dolarización en el año 2000, algo que siempre se le reprochó a Lasso en sus campañas, pero que él defendió frente a la desdolarización que abanderaba Arauz, lo que, según Lasso, llevaría a Ecuador a «convertirse en Venezuela”.
El programa que Guillermo Lasso presentó a las elecciones tiene un marcado carácter neoliberal. Pretende una gran bajada de impuestos y el reajuste del gasto público para conseguir lo que ha denominado como un “Estado mínimo, pero robusto y eficiente”. Pese a ello, ha criticado algunas medidas impuestas por el anterior Ejecutivo tras el acuerdo con el FMI, pero queda por ver cuál será su actuación una vez en el gobierno.
En 2020, el Fondo Monetario Internacional y otros organismos inyectaron 7.400 millones de dólares a las arcas ecuatorianas en forma de préstamos y el nuevo Ejecutivo deberá encontrar la forma de reestructurar las cuentas estatales para hacer frente a los pagos.
El país cuenta también con una deuda externa de 70.000 millones de dólares y la pandemia ha dejado a Ecuador con un 5,7 % de paro y casi la mitad de los empleos afectados por la informalidad.
Además, el plan de vacunación se encuentra estancado y el país vive uno de los peores momentos de la pandemia, que hace recordar las imágenes de hace un año, especialmente en Guayaquil, en donde los sistemas hospitalario y funerario colapsaron. Guillermo Lasso prometió en campaña acelerar ese plan de vacunación en sus primeros 100 días de gobierno.
“La vacunación de 9 millones de ecuatorianos en los 100 primeros días también es un plan económico. Con salud, reactivaremos la economía”, afirmaba el pasado 5 de febrero en su cuenta de Twitter.
Cambio de postura ante el aborto
Uno de los puntos más controvertidos del pensamiento de Lasso radica en su postura frente a la despenalización del aborto. En el año 2019, declaró a un programa de televisión ecuatoriano que “el debate de la despenalización del aborto por violación es una pantalla de humo para legalizar el aborto de manera general”.
“Y si eso se produjese en el Ecuador, no tenga la menor duda. Yo, con total valentía, defendiendo mis principios, presentaría un proyecto de ley para revertir esa situación”. Sin embargo, su postura ha ido variando hacia la apertura de un debate nacional para la posible despenalización en caso de violación.
Tampoco se ha mostrado favorable a denominar como “matrimonio” las uniones entre personas del mismo sexo, pero como indicó en relación al aborto en una entrevista a el diario El País el pasado 9 de marzo, “una vez que he definido cuáles son mis principios, diré que estoy dispuesto a respetar los principios de quien piensa distinto a mí”. A partir del próximo 24 de mayo, Lasso tendrá toda una legislatura para demostrarlo.
EFE