Margarita Quiroz
Ayer, viernes, Lina, la profesora de Ciencias Naturales de Quinto Grado de la niña Sarah Leonor, aplazó el tema de los diferentes ecosistemas, pautado para discutir este día, y pidió a todos los estudiantes, a través de la virtualidad, elegir a una persona por la cual sienten mucho cariño y, escribirle una carta.
La maestra decidió iniciar, a manera de explicar lo que los pequeñitos debían hacer, algunos con edades de nueve, diez u once años. Eligió a Sarah Leonor, de 10, muy desenvuelta e inteligente, en sus propias palabras, pese a las ataduras que limitan un desarrollo conductual ‘apropiado’ debido a su condición de autismo.
Querida Sarah, así iniciaba la misiva de la profe, «te escribo esta carta para decirte que te quiero mucho, porque eres una niña muy desenvuelta e inteligente, mis deseos es que puedas llegar a la universidad y cumplas todos tus sueños, te quiero mucho. Tu profe Lina».
De inmediato, los niños captaron el mandato, algunos eligieron a un compañero o compañera de clases, a la misma maestra, a su mamá y a su hermana mayor, en el caso de Sarah.
Los pequeñitos sorprendieron a la veterana maestra, con décadas de docencias en el Colegio MIDUHO. Algunos fueron más expresivos, otros más escuetos, pero todos escribieron y hasta dibujaron emotivos mensajes.
Diego, tocó las fibras más sensibles de todos en el ‘aula’. Querida mami, te escribo esta carta para decirte que te quiero mucho, gracias por cuidarme y quiero que sepas que cuando tu no puedas yo te cuidaré».
En tanto, la pequeña Sarah, decidió interpretar el mandato de la profesora de una forma diferente, tal como los niños con esta condición lo hacen: ven la vida de una forma diferente. Se dibujó ella, junto a su amada hermana mayor, atrapadas en un deforme corazón, garabateado de rojo, y escribió: «te quiero mucho Rommy, con muchísimo amor».
Yo, sentada en un mueble contiguo a la mesa donde Sarah recibe clases -en casa- no podía creer que estos niños fueran capaces de manifestar tales sentimientos. Todos en la clase escribieron mensajes maravillosos, Diego, nos sacó lágrimas… y mi pequeña Sarah, nos hizo ver cómo podemos atrapar el amor que sentimos por los demás en nuestros corazones.