El 34 % de los inmigrantes con derecho a voto en Estados Unidos, es decir, 7,5 millones de personas, son hispanos, el mayor grupo seguido por los 6,9 millones originarios de Asia (31 %), según un estudio publicado este miércoles por el Pew Research Center.
Según el estudio, que emplea datos del Censo de 2018, estos dos grupos suponen el 61 % de los 23,2 millones de votantes nacionalizados en Estados Unidos que esta institución estima que podrán votar en 2020, el 9,8 % del total del electorado, seguidos de los blancos (22 %) y los negros (10 %).
Estos resultados no sorprenden si se tiene en cuenta que el 77 % de los adultos asiáticos residentes en el país y el 46 % de los latinos no nacieron en Estados Unidos.
Los inmigrantes con derecho a voto son aquellos mayores de 18 años que, a pesar de ser originarios de otro país, han recibido la nacionalidad.
Entre 2009 y 2019, 7,2 millones de personas se convirtieron en ciudadanos estadounidenses, según los datos proporcionados por el Departamento de Seguridad Nacional.
Entre los países de origen de aquellos inmigrantes con derecho a voto, hay uno que destaca sobre el resto: México. El 16 % de los expatriados con derecho a participar en los comicios estadounidenses, equivalentes a 3,5 millones de personas, provienen del vecino del sur.
Muy por detrás se encuentran los filipinos, con un 6 % y 1,4 millones de migrantes, y los indios (5 %), un grupo que supone 1,2 millones de votantes.
Desde que se facilitó la naturalización de los inmigrantes, en 1965, el número de estos con derecho a voto ha ido creciendo paulatinamente.
En ese momento, solo 9,6 millones de personas en Estados Unidos eran inmigrantes, en torno al 5 %, mientras que a día de hoy representan 45 millones, el 13,9 % de la población.
Más de la mitad de los inmigrados, el 57 %, vive en los estados con más habitantes del país: California, Nueva York, Texas y Florida.
Además, el estudio indica que dos terceras partes de los expatriados han vivido en EE.UU. durante 20 años o más, y que un 63% tiene un nivel de inglés alto.
EFE