Margarita Quiroz
El presidente confiesa que ya está sintiendo el cansancio propio de sus afanes, los sábados, cuando regresa a casa, al mediodía, dice le ha cogido con dormir. «No hay mejor sueño que el que se echa en un mueble»
El presidente Danilo Medina confió esta noche que en lo personal su esposa, doña Cándida Montilla de Medina y él se encuentran viviendo lo que en psicología se conoce como síndrome del nido vacío, ya que dos de sus tres hijas se casaron y la más pequeña se encuentra estudiando fuera del país.
En entrevista exclusiva concedida a la comunicadora Jatnna Tavárez, el presidente Medina, confió además que llega al Palacio Nacional a las 8:30 de la mañana y que sale de 8:30 a 9:00 de la noche, es decir, que trabaja unas 13 horas diarias, y justamente el tiempo, es la deuda que tiene pendiente con su familia. «No le he podido dedicar el tiempo que un padre normal le dedica a sus hijos», dijo.
«Mis hijas están viviendo después de sus matrimonios vidas felices, consiguieron dos esposos formidables, de los cuales no tengo ninguna queja», confesó.
La pareja presidencial procreó tres hijas, Sibely, Vanessa y Ana Paula, las dos primeras contrajeron matrimonio siendo su padre presidente de la República. Ana Paula, médico de profesión, es la única que queda soltera.
Tiempo de calidad
El presidente Medina explicó que, pese a sus fuertes obligaciones como primer mandatario de la República, el tiempo que pasa en su casa, junto a su esposa «es tiempo de calidad». «Yo no salgo, de aquí, (el Palacio Nacional) salgo para mi casa, hasta el otro día y si salgo es con mi mujer», explicó.
Comenta que en casa, lee mucho, ve televisión, programas de deportes y series, «Ahora con estas series uno se convierte en adictos».
«El déficit que yo tengo lo ha sufrido Candy, yo tengo que reconocer que he tenido un déficit de calor con mi familia que no se lo dí en mucho tiempo, porque esto no ha sido la Presidencia, nada más, son muchos años de trabajo político y personal intenso», puntualizó.
Manifestó su orgulloso por la familia que ha podido construir y que no ha tenido quejas de sus hijas ni de su mujer, «al contrario ellas son las que se deben quejar de mí», puntualizó.