Las consecuencias del brote de coronavirus se extienden por toda la economía global y mientras los analistas tratan de cuantificar cuál podría ser el resultado, un mercado ha sido golpeado con especial fuerza: el petróleo.
El precio del barril de crudo ha caído un 15% desde que se dio a conocer el brote en la ciudad china de Wuhan y un 20% si tenemos en cuenta el máximo marcado en las bolsas mundiales a principios de enero, cuando el barril de Brent -de referencia en Europa- marcó US$68,71.
Por eso, los expertos esperan que los principales productores de petróleo del mundo recorten la producción para frenar la caída y a la espera de que haya una mayor claridad sobre el impacto económico del brote.
Es probable que los representantes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados se reúnan esta semana a medida que crecen los llamados a la acción para apuntalar los precios del crudo.
«La economía de China experimentará un retroceso que no había sido previsto anteriormente, pero su duración e intensidad siguen siendo en gran medida una incógnita», explica Norbert Rücker, economista jefe de la firma de inversión Julius Baer.
Para Rücker, esta semana será clave para tener «más claridad sobre la gravedad de la epidemia».
La agencia de información económica Bloomberg informó esta semana que el gasto diario de crudo de China se ha desplomado un 20%, el equivalente de las necesidades de petróleo de Reino Unido e Italia combinadas.
¿Por qué tan fuerte la caída?. La aparición del coronavirus dañó el consumo de la festividad del Año Nuevo Lunar, el equivalente a las vacaciones de Navidad en Occidente.
Como resultado de la epidemia, fábricas, oficinas y tiendas permanecen cerradas.
Y eso significa que el mayor importador mundial de petróleo, que generalmente consume alrededor de 14 millones de barriles por día, necesita mucho menos crudo para alimentar su maquinaria, vehículos o incluso mantener las luces encendidas.
Además, es probable que el brote tenga un impacto particularmente grande en la demanda de combustible para aviones, ya que las aerolíneas de todo el mundo suspendieron los vuelos a China, y las restricciones de viaje impuestas por el gobierno de Xi Jinping dentro del país significan también muchos menos vuelos.
En respuesta, la mayor refinería de petróleo de Asia, Sinopec, propiedad del gobierno chino, ha reducido la cantidad de crudo que procesa en aproximadamente 600.000 barriles por día, es decir un 12% menos, su mayor recorte en más de una década.
La escala de la caída ha conmocionado a la industria energética, según el analista de petróleo Phil Flynn, basado en Chicago: «No hemos visto un evento de destrucción de la demanda de esta escala y a esta velocidad».
¿Qué nos dice esto sobre el impacto del brote en la economía global? «El riesgo en la economía global es elevado y preocupante», estima Philippe Waechter, director de análisis económico de Ostrum AM.
Y en concreto en China, la fuerte caída de la demanda de petróleo es un síntoma claro de un retroceso en la actividad comercial.
Es también una señal de que el crecimiento económico del país, que ya estaba en un mínimo de tres décadas, se desacelerará aún más.
Zhang Ming, economista del grupo de expertos respaldado por el gobierno de la Academia China de Ciencias Sociales, dijo que el brote podría ralentizar el crecimiento económico anual del país por debajo del 5% durante los primeros tres meses del año.
BBC