Gerald Cotten tenía sólo 30 años cuando murió el pasado 9 de diciembre debido a complicaciones relacionadas con la enfermedad de Crohn durante un viaje a Jaipur, India, donde planeaba abrir un orfanato para niños necesitados. Cinco años antes, en diciembre de 2013, el canadiense fundó QuadrigaCX, que se convirtió en el exchange –o casa de cambio- de criptomonedas más grande de Canadá.
Con más de 363.000 usuarios registrados, QuadrigaCX custodiaba aproximadamente USD 150 millones en criptomonedas que pertenecían a más de 92.000 clientes activos. Cotten era la única persona que conocía las claves privadas para acceder a los fondos de la empresa, que en su mayoría estaban almacenados en billeteras virtuales sin conexión a Internet para eludir a los hackers.
El problema es que su esposa, Jennifer Robertson, no ha logrado encontrar sus contraseñas ni ningún registro comercial de la empresa, admitió en una declaración jurada presentada ante el Tribunal Supremo de Nueva Escocia el jueves pasado. Robertson y la junta directiva de la compañía también presentaron una solicitud de protección a los acreedores en un intento de ganar tiempo para abordar «problemas financieros importantes» afectando su capacidad de servir a sus clientes, según una declaración en su sitio web.
«Después de la muerte de Gerry, el inventario de criptomonedas de Quadriga ha dejado de estar disponible y parte de él puede estar perdido», dijo la viuda. «El procedimiento normal era que [Cotten] moviera la mayoría de las monedas a almacenamiento en frío como una forma de protegerlas de los hackers o de otros robos virtuales».
«El ordenador portátil desde el que Gerry llevaba a cabo el negocio de la empresa está encriptado y no conozco la contraseña ni la clave de recuperación. A pesar de las repetidas y diligentes búsquedas, no he parte», agregó.
El argumento de la viuda de Cotten y el directorio de su empresa fue puesto en duda por varios expertos de la industria criptográfica, que sostienen que si QuadrigaCX realmente tiene almacenado los criptoactivos que dice poseer, entonces sus tenencias deberían reflejarse en la blockchain de cada criptomoneda. Una blockchain es un libro contable público que registra todas las transacciones que se hacen en una criptomoneda. Aunque esta no divulga las claves privadas de las billeteras virtuales de QuadrigaCX, sí debería mostrar las claves públicas asociadas a ellas.
«La historia de QuadrigaCX no tiene sentido», señaló Emin Gün Sirer, profesor de la Universidad de Cornell y codirector de la Iniciativa para Criptomonedas y Contratos. «Lo grandioso de las blockchains es que cualquiera puede auditar, en esencia, cualquier compañía».
«Si los fondos están congelados y la billetera fría es inaccesible, el exchange debería poder proveer las direcciones de las billeteras frías para que sus declaraciones puedan ser verificadas con la ayuda de la blockchain», añadió Sirer.
La empresa de análisis de blockchains Elementus no logró encontrar ninguna billetera fría almacenado ether, el criptoactivo de la red Ethereum. La firma confirmó que QuadrigaCX hizo transferencias de ether a mediados de enero, más de un mes después de la muerte del CEO de la casa de cambio.
Fuente: Infobae