Los tres cubanos que fueron rescatados de una isla deshabitada del archipiélago atlántico de Bahamas, donde pasaron 33 días y sobrevivieron a base de comer cocos y ratas, se encuentran bajo custodia del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) estadounidense, informaron este miércoles las autoridades.
El servicio de la Guardia Costera del sureste (USCGSoutheast) dijo en Twitter que los cubanos, dos hombres y una mujer, fueron trasladados hoy desde el hospital Lower Keys Medical Center, en Cayo Hueso, extremo sur de Florida, a un centro de inmigración en Pompano Beach, en el condado de Broward, aledeaño al de Miami-Dade.
Según había informado anteriormente la Guardia Costera, los náufragos, rescatados el martes de la diminuta isla bahamense de Anguilla Cay, no presentan heridas de gravedad.
Los cubanos declararon a la tripulación del helicóptero de los guardacostas que los rescató que unas cinco semanas atrás el barco en el que navegaban se hundió pero que lograron nadar hasta la isla desierta.
Según relataron, a lo largo de ese tiempo en esa pequeña isla, ubicada en el extremo sureste de Cay Sal Bank (conocido en español como El Placer de los Roques), y entre Cayo Hueso y Cuba, los tres cubanos sobrevivieron comiendo caracoles, ratas y cocos, además de lidiar con la falta de agua dulce.
«Fue increíble. No sé cómo lo hicieron. Nos sorprende que estuvieran en tan buen estado cuando los encontramos», señaló el teniente Justin Dougherty, un portavoz de la Guardia Costera estadounidense.
De acuerdo a esta agencia, durante una patrulla aérea de rutina los guardacostas descubrieron a las tres personas ondeando una bandera improvisada, pero el mal tiempo impidió que ese mismo día pudieran ser rescatados.
En un video de USCGSoutheast publicado hoy en Twitter, el teniente Ricardo Rodríguez, un piloto que participó en el rescate, explica en español que pudieron comunicarse con los cubanos a través de una radio que lanzaron desde el aire, junto a botellas de agua y comida.
Los cubanos fueron rescatados al día siguiente.
Sean Connett, oficial del Séptimo Distrito de la Guardia Costera, destacó en un comunicado que se trató de una «operación muy compleja que involucró activos y tripulaciones de diferentes unidades».
«Gracias a la buena comunicación y coordinación entre los centros de comando y los pilotos, pudimos llevar a todos de manera segura a un centro médico antes de que la situación empeorara», añadió.
EFE