Lagarde, de 63 años, llegó a la principal institución financiera internacional en 2011 tras la salida polémica de Dominique Strauss-Kahn, otro antiguo ministro francés que tuvo que dimitir enfangado en un escándalo sexual.
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, se mostró este martes “honrada” por haber sido nominada para presidir el Banco Central Europeo (BCE) y anunció su “renuncia temporal” al frente de la institución financiera internacional que encabeza desde 2011.
“Estoy honrada de haber sido nominada para la presidencia del Banco Central Europeo”, indicó Lagarde en un escueto comunicado.
“A la luz de esto, y tras consultar con el comité de ética del Directorio Ejecutivo del FMI, he decidido renunciar de manera temporal a mis responsabilidades como directora gerente del FMI durante el periodo de nominación”, agregó.
Lagarde, de 63 años, llegó a la principal institución financiera internacional en 2011 tras la salida polémica de Dominique Strauss-Kahn, otro antiguo ministro francés que tuvo que dimitir enfangado en un escándalo sexual.
Su segundo mandato, renovado en 2016, concluía en julio de 2021.
Con su salida del Fondo, se abre un complejo proceso de sucesión en el seno del organismo.
Fruto de una norma no escrita tras los acuerdos de Bretton Woods de 1944 en los que se fundó el FMI y su institución hermana, el Banco Mundial, las grandes potencias se repartieron la designación de la dirección de ambos organismos.
Estados Unidos escoge al presidente del BM mientras que Europa selecciona al jefe del Fondo.
El nombre de Lagarde había sonado para presidir la Comisión Europea o el Banco Central Europeo durante los últimos meses, pero al ser preguntada sobre si asumiría uno de los altos cargos institucionales de la Unión Europea (UE), en junio pasado argumentó que ya tenía un “mandato” en el FMI.
Para que se convierta de forma efectiva en la primera mujer presidenta del BCE, el Consejo de la UE -los ministros de los Estados miembros- debe dar su visto bueno.
También se deben mantener consultas con la Eurocámara y el Consejo de Gobierno del BCE (compuesto por los seis miembros del Consejo Ejecutivo y los gobernadores de los bancos centrales de los diecinueve países del euro).
Tras ese proceso, los líderes de la UE podrán designarla oficial y definitivamente como presidenta del BCE, donde reemplazaría al italiano Mario Draghi.