El presidente electo de EE.UU., Joe Biden, recibió este lunes la vacuna para covid-19, en vivo por televisión, como parte de un esfuerzo para dar confianza a los estadounidenses a inmunizarse contra el virus que ya ha matado a más de 300.000 personas en el país.
“Estoy haciendo esto para demostrarle a la gente que debe estar preparada para cuando la vacuna esté disponible”, dijo Biden después de recibir la dosis, en el hospital Christiana en Newark, Delaware.
Con 78 años, Biden está en el grupo de alto riesgo para covid-19. El demócrata aprovechó además para agradecer a los científicos, investigadores y personales de la salud, asegurando que el país está «en deuda» con ellos.
«Les debemos mucho, de verdad», dijo Biden en el centro médico.
Biden y su esposa Jill Biden engrosaran una lista de líderes políticos que han publicado fotos o videos de su vacunación, como el vicepresidente Mike Pence y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, entre otros.
Este día de la vacunación de Biden coincide con las primeras inmunizaciones en Estados Unidos de una segunda vacuna para COVID-19, la del laboratorio Moderna, que fue aprobada el viernes por la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) y comenzó a distribuirse durante el fin de semana a los estados.
La vacuna de Moderna se une a la ya aprobada de Pfizer-BioNTech, que comenzó a administrarse el martes pasado e impulsa significativamente los esfuerzos de vacunación en el país.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, 556.000 estadounidenses ya han sido inoculados con la dosis de Pfizer en los primeros seis días de campaña y casi tres millones de dosis han sido distribuidas por todo Estados Unidos.
La prioridad en la campaña masiva de vacunación son los trabajadores de salud que luchan en la primera línea contra el virus y los ancianos de los centros de atención para adultos mayores, y se expandirá pronto a otros sectores.
El grupo de asesoría federal dijo el domingo que el próximo grupo serán las personas mayores de 75 años y los trabajadores de rubros esenciales, como los bomberos, los maestros y los empleados de tiendas de alimentos. Se trata de alrededor de 50 millones de personas.
Estados Unidos está en el medio de una segunda ola de infecciones de COVID-19 que comenzó hace dos meses y la semana pasada sumó un promedio de 215.000 casos diarios.
La temporada de navidades presenta un nuevo desafío para la contención del virus, con más de 85 millones de estadounidenses que viajarán en estas fechas y se reunirán con familiares y amigos en celebraciones que pudieran ser peligrosas para nuevos contagios, advierten los expertos.