En su reunión de política monetaria del mes de abril de 2020, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) decidió mantener su tasa de interés de política monetaria en 3.50 % anual.
Asimismo, la tasa de interés de la facilidad permanente de expansión (Repos a 1 día) permanece en 4.50% anual, mientras que la tasa de interés de depósitos remunerados (Overnight) se ubica en 2.50 % anual.
La decisión sobre la tasa de referencia se basa en el análisis exhaustivo del impacto de la actual incertidumbre sobre la estabilidad macroeconómica y la evolución futura de la inflación. En ese sentido, la inflación mensual de marzo fue de -0.52 %, mientras que la inflación acumulada durante los tres primeros meses del año fue -0.32 %. Por otro lado, la inflación interanual, es decir de marzo de 2019 a marzo de 2020, se moderó hasta 2.45 %, por debajo del rango meta de 4.0 % ± 1.0 %, al tiempo que la
inflación subyacente, que refleja las condiciones monetarias, alcanzó 2.67 %.
Hacia adelante, el sistema de pronósticos del BCRD señala que la inflación se mantendría por debajo del límite inferior del rango meta durante el resto del año 2020. Las bajas presiones inflacionarias le otorgan mayores grados de libertad al BCRD para continuar reaccionando oportunamente ante el impacto adverso del COVID-19 sobre la economía dominicana, en caso de que sea necesario.
En el entorno internacional, la propagación acelerada del coronavirus ha obligado a la adopción de fuertes medidas de contención, las cuales tendrían un impacto negativo importante sobre la actividad económica global. Como consecuencia, el Fondo Monetario Internacional (FMI), en su reporte Perspectivas Economía Mundial publicado en el mes de abril, disminuyó las proyecciones de crecimiento mundial, que pasaría de 2.9 % en 2019 a -3.0 % en 2020.
En respuesta al deterioro del crecimiento global, los bancos centrales alrededor del mundo han adoptado medidas de flexibilización monetaria y de provisión de liquidez para apoyar las demandas internas de sus países.
En Estados Unidos de América (EUA), el FMI proyecta que la actividad económica se contraería el presente año, al pasar de una expansión de 2.3% en 2019 a -5.9 % en 2020. En efecto, las estimaciones preliminares indican que el crecimiento de la economía de EUA se moderó a 0.3 % de forma interanual durante el primer trimestre, influenciado por una caída del consumo y la
privada.
En este contexto de incertidumbre, alta volatilidad en los mercados bursátiles y bajas presiones inflacionarias, la Reserva Federal (Fed) redujo en 150 puntos básicos la tasa de federales durante el mes de marzo, ubicándola en el rango de 0% – 0.25%.
Adicionalmente la Fed amplió sus programas de provisión de liquidez al sistema financiero a través de Repos a distintos plazos hasta 90 días, compras en el mercado secundario de bonos del Tesoro y de títulos-valores respaldados por hipotecas y programas de canalización de créditos para las pequeñas y medianas empresas a través de las entidades financieras.
En cuanto a la Zona Euro, el FMI proyecta que el COVID-19 provocará una contracción aún mayor en este bloque de países, al pasar de un crecimiento de 1.2 % en 2019 a -7.5 % para 2020. Como respuesta al impacto del coronavirus, el Banco Central Europeo mantiene la tasa de depósitos de corto plazo (Overnight) en -0.50 % anual, a la vez que extendió el programa de provisión de liquidez para la canalización de crédito privado a través de las entidades financieras y amplió la compra de títulos
públicos y privados en el mercado secundario.
Por otro lado, América Latina, que ya enfrentaba una situación económica debilitada, ha sido afectada simultáneamente por el impacto del coronavirus y la caída de los precios de los commodities, provocando una reducción en las perspectivas de crecimiento regional hasta -5.2 % para 2020. En este contexto, los bancos centrales de Brasil, Chile, México, Colombia, Perú, Guatemala, Honduras y Costa Rica han reducido sus tasas de interés durante este año, además de adoptar medidas complementarias de provisión de liquidez a través de las entidades financieras.
En relación a las materias primas, se ha observado una reducción sustancial en el precio del petróleo intermedio de Texas debido a una combinación de baja demanda y aumento en los inventarios, ubicándose al cierre de abril por debajo de US$15 dólares el barril. Por el contrario, el precio del oro se ha incrementado, ubicándose en torno a los US$1,700 dólares por onza troy, al ser utilizado como refugio de valor en un entorno de alta incertidumbre.
La dinámica de los precios de los bienes primarios implica una mejoría en los términos de intercambio para la República Dominicana que se refleja en una disminución de la factura petrolera y un incremento en las exportaciones de oro, que junto al flujo de remesas recibidas durante el primer trimestre del año que superó a US$1,700 millones y el crecimiento de las exportaciones nacionales y de zonas francas, compensarían parcialmente el impacto del COVID- 19 sobre el sector externo.
Es importante destacar que, al momento de adoptarse las medidas de contención contra la pandemia en República Dominicana, la economía se encontraba en una posición cíclica favorable, caracterizada por un crecimiento económico en torno al potencial y bajas presiones inflacionarias, otorgándole la flexibilidad para acomodar este choque adverso a través de la adopción de medidas monetarias expansivas orientadas a dinamizar la demanda interna.
En efecto, información preliminar del Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) señala una marcada ralentización durante el mes de marzo en relación al ritmo de expansión observado en los meses de enero y febrero, aunque la economía no
registrando un crecimiento negativo durante el primer trimestre del año ante el impacto del COVID-19.
En este contexto, el Banco Central ha adoptado en los meses de marzo y abril un conjunto de medidas monetarias y financieras orientadas a preservar la estabilidad económica y mitigar los efectos del coronavirus a través de un incremento en el financiamiento para los sectores productivos y los hogares, a menores tasas de interés. En particular, del total de RD$100 mil millones que han sido puesto a disposición de las entidades de intermediación financiera, se han canalizado unos RD$50 mil millones a través de distintas facilidades.
De este monto, unos RD$10 mil millones corresponden a préstamos otorgados mediante la liberación de recursos del encaje legal y unos RD$40 mil millones a provisión de liquidez a las entidades de intermediación financiera mediante Repos hasta 90 días.
Se destaca que, aún en las condiciones actuales de alta incertidumbre, los recursos del encaje legal están siendo canalizados a una mayor velocidad que todas las ocasiones anteriores en que se ha utilizado este instrumento de política monetaria. Asimismo, se ha observado una reducción significativa de alrededor de 300 puntos básicos en las tasas de interés de los préstamos otorgados por la banca múltiple durante el mes de abril y un mayor dinamismo en los agregados monetarios.
Estas condiciones monetarias favorables han contribuido a una aceleración del crédito al sector privado que se expande en torno a 13 % interanual, destacándose la canalización de préstamos a los sectores de Manufactura, Hoteles y Restaurantes, Construcción y Comercio. El dinamismo del crédito privado incrementa el acceso a capital de trabajo para los sectores que se encuentran operando actualmente a plena capacidad y provee de una mayor liquidez a aquellas actividades suspendidas por la pandemia.
Es importante señalar que, el Banco Central cuenta con espacio necesario para continuar apoyando a los sectores productivos y a los hogares, una vez las condiciones sanitarias permitan un proceso de normalización gradual de la economía, y facilitar a una rápida recuperación de la demanda interna.
Por otro lado, se debe destacar que la aprobación del desembolso de unos US$650 millones como asistencia financiera de emergencia por parte del FMI, equivalente al 100% de la cuota del país en este organismo multilateral, contribuirá a que el gobierno dominicano pueda continuar enfrentando los planteados por el COVID-19.
El acceso a estos recursos, junto a las medidas de provisión de liquidez en moneda extranjera por unos US$622 millones y los altos niveles de reservas internacionales
del Banco Central, contribuirán a que se mantenga la estabilidad relativa del tipo de cambio ante un convulso entorno internacional.
El Banco Central de la República Dominicana reafirma su compromiso de conducir la política monetaria hacia el logro de su meta de inflación y el buen funcionamiento de los sistemas financiero y de pagos, contribuyendo así al mantenimiento de la estabilidad macroeconómica.
En ese sentido, la institución se mantendrá dando especial seguimiento al impacto del coronavirus sobre la economía dominicana, encontrándose preparada para continuar reaccionando de forma oportuna ante factores que puedan generar desvíos de la meta de inflación y afectar el crecimiento económico.