Las autoridades del condado de Rockland, en Nueva York, anunciaron este martes nuevas medidas para contener el brote de sarampión que se vive en la zona, incluida una orden por la que cualquier persona contagiada o expuesta deberá evitar espacios públicos por hasta 21 días.
El condado, que a finales de marzo decretó el «estado de emergencia» por la enfermedad, ha confirmado desde entonces 33 nuevos casos, que elevan a 186 el total desde que comenzó el brote en octubre.
Hace tres semanas, Rockland ya prohibió a los menores de 18 años sin vacunar estar en espacios públicos, una decisión que fue paralizada por un juez.
«Es inaceptable quedarnos sentados y no hacer nada mientras más residentes se contagian con esta enfermedad mortal y, al margen de las decisiones judiciales, nunca lo haríamos», señaló el jefe del Ejecutivo del condado, Ed Day, en un comunicado.
Junto a la orden para que los contagiados y los expuestos directamente a la enfermedad permanezcan en sus casas, Day anunció este martes otra medida según la cual los niños no vacunados no podrán asistir a la escuela a menos que cuenten con una exención de tipo médico o religioso.
«Muchos estudiantes, incluso en escuelas que ahora han alcanzado la tasa de vacunación del 95 % que se requiere, aún no han sido inmunizados. Esto tiene que cambiar», insistió la comisaria de Salud del condado, Patricia Schnabel Ruppert.
Según Ruppert, serán los propios colegios los que tengan que revisar que todos los alumnos tienen al día sus cartillas de vacunación y, en caso contrario, deberán enviarlos a casa.
Quien ignore las dos órdenes anunciadas este martes se expone a una multa de 2.000 dólares por día, según las autoridades.
La gran mayoría de los contagiados con el sarampión en este condado son menores y el brote ha afectado especialmente a comunidades de judíos ultraortodoxos, en las que las tasas de vacunación suelen ser inferiores.
Rockland está situado a las afueras de la ciudad de Nueva York, donde también se ha declarado una «emergencia pública de salud» por un brote concentrado en la comunidad ultraortodoxa del barrio de Williamsburg, en Brooklyn.
Este lunes, las autoridades locales decretaron el cierre de una escuela judía para niños en edad preescolar por ignorar una orden para facilitar al Ayuntamiento los historiales de vacunación de los alumnos.
Según el Departamento de Salud, el centro hacía imposible verificar si se había excluido de las clases a los niños y empleados contagiados, tal y como se había ordenado.
Desde el inicio del brote en octubre se han confirmado 329 casos en la ciudad de Nueva York, 284 de ellos en menores de 18 años, aunque, como en Rockland, no ha habido ninguna víctima mortal.
En lo que va de año, se han registrado en Estados Unidos más de medio millar de casos, lo que sitúa a 2019 en camino de un récord desde que la enfermedad se dio por erradicada en el país en el año 2000.