María Fals Fors
M.A Historiadora del Arte. Crítica de Art
Andrea Torres Gil, nació en San Francisco de Macorís. Hija adoptiva de San Cristóbal, se dedicó durante largos años a la docencia y dirección de centros educativos. Maestra Normal, egresada de la Américo Lugo en 1969, fundó en 1989 su propio Colegio llamado Nido Infantil, laboró también como técnico escolar y como profesora en el Liceo Ercilia Pepín.
En la década del 90, ya jubilada, decide emprender una nueva labor. Los antecedentes de este giro en su vida hay que buscarlos en su niñez, durante la cual siempre se sintió atraída el arte. Ya adulta elaboró hermosos recursos educativos y manualidades para sus clases, así como vestuarios y estampados en telas.
Como resultado de su decisión, en 1994 matricula en la Escuela de Arte de Miguel Mella en San Cristóbal. Más tarde estudia técnicas como el acrílico y el óleo en el Museo del Hombre Dominicano.
De esta forma, luego formó parte también de la Directiva de la Asociación de Artistas Plásticos de San Cristóbal, participando en el Encuentro de pintores San Cristobalenses realizado en 21 de julio del 2019.
Entre las exposiciones colectivas en que sus obras han estado presentes se encuentra Flor de cactus, realizada en diversos espacios como el Centro Perelló, el Museo de Casas Reales en Santo Domingo y el Centro de la Cultura de Santiago en el 2019, exhibiendo sus cuadros junto a los de otros destacados creadores como Dionisio Blanco, Carlos Puello, Dámaso Mateo, Domingo Donouv, Epifanio Hernández, E. Lachapell, Fermín Ceballos, Francisco Tiburcio y Juan Gómez. En el 2012 y 2014 participa además en el Concurso Eduardo León Jimenes en Santiago.
Ha realizado cuatro muestras individuales. La primera tuvo lugar en la Casa del Tostado en el 2007 y fue denominada Mujeres al desnudo, la segunda la realizó en el Politécnico Loyola en el 2009, en la Galería Vela Zanetti en mayo del 2017 presentó Hetero, su tercera individual. La cuarta se inauguró el 14 de abril de este año en Abad Galery en la zona colonial, contó con la curaduría de Ramón Mesa y aún se encuentra vigente. Andrea ha sido acreedora del Premio Fradique Lizardo en el Renglón
Artistas Plásticos de San Cristóbal.
Su obra se caracteriza por un Cubismo colorido, donde incluye desnudos, campesinos trabajando, la representación de las tres gracias fragmentadas y danzando frente a la torre de una iglesia de su amada San Cristóbal. La maternidad en sus tonalidades cálidas, en su ternura ancestral y nutricia y figuras que pueden tener nuestra propia faz y nuestro cuerpo sin ropajes, para mostrar sin temor el interior del alma de cada ser humano.
Elige preferentemente tonos azules, que mezcla con verdes y grises, dando visos de profundidad a través de la dinámica del color y de los distintos puntos de vista focales en un universo de evocaciones donde sobrevuela la etapa azul, la rosa, la cezanniana, la analítica y la sintética de Picasso, entremezclando sus ecos, pero haciendo muy personales e innovadoras estas posibles
influencias.
Elabora lienzos en gran formato, que nos transmiten paz y optimismo al percibir la belleza y armonía de las figuras, su luminosidad y transparencia. Aunque en algunas de las caras de sus personajes asoman ojos desmesurados, en la mayoría de ellas las miradas y palabras están ausentes, esperando que las salgamos a buscar.
Esta artista, que comenzó su camino dentro de las artes visuales en una edad ya madura, se redescubre y afirma cada día en un nuevo propósito de vida, ha renacido a un nuevo yo que siempre estuvo dentro de su piel, se ha abierto a la aventura del forjar en sus imágenes un mundo de sueños infinitos, a la meta de mostrar, a través de la geometrización de las formas, su corazón sin máscaras, en un danzar perenne de la esperanza y la poesía.