María de las Nieves Fals Fors. M.A.
Historiadora y Crítica de Arte.
Alma Vásquez es una destacada artista dominicana, egresada de Chavón en el año 2000. Licenciada en Artes Plásticas en la promoción del 2010 nació en Salcedo, cuna de las Mirabal, está dotada de una sólida formación teórica y de grandes cualidades técnicas. Tuve el placer de ser su maestra de Arte Contemporáneo en las aulas de la Facultad de Artes de la UASD y considero que es una de las grandes creadoras dominicanas de su generación.
En sus obras, llenas de fluidez y femineidad, se observa la magia del simbolismo, la fiesta del fauvismo, el ordenado caos de espirales de Van Gogh; las mujeres que nacen de sus manos nos trasladan a un mundo fuera y dentro de nosotros mismos, a un universo de ojos apenas insinuados, cerrados y volcados sobre rostros que convidan a refugiarse a la sombra de nuestra propia individualidad.
El decursar de la conciencia se siente en cada imagen: dulzura y poder nos hablan en cada composición, palomas se proyectan en vuelo hacia la fe como sombras de muchachas olvidadas, como frutas o como flores, presencias de ocultos recuerdos y metas por compartir.
El nombre de Alma viene bien a esta artista, pues vierte seres inmateriales en el lienzo sediento, en una poética catarsis donde subyacen el amor y la nostalgia. Recientemente, presentó alrededor de 20 obras en Art Foro, encuentro internacional de artistas plásticos que se llevó a cabo entre el 10 y el 15 de diciembre de este 2019 en la Escuela Nacional de Bellas Artes de Santo Domingo.
Entre las obras expuestas por la artista en esta importante cita con la plástica, destacó aquella donde se aprecia el encuentro ciego de dos mundos femeninos, uno de calidez de rojos y cabellos en calma, otro de rosa y preñez, donde la espiral de plata de la vida nos convoca a girar y a crecer. Más adelante, recorriendo las paredes blancas sobre las que reposaban sus cuadros, nuestras miradas pudieron caminar sobre un rostro hermético de caracolas que ascendían en la ruta eterna hacia séptimo cielo. Y luego, pudimos descubrir Tres Gracias ciegas, diferentes e inmanentes, concentradas en su propia eternidad, intentando llegar, una a la otra, a través de flores, de rojos y de azules sombras, compañeras en el camino hacia el Nunca Jamás.
Nos tomó por asalto una composición más compleja, llegando nuestro encuentro un hada azul, repetida en muchas siluetas confusas, recorriendo el sendero rumbo a un punto final, con un ramo de fuego en la mano izquierda, mientras un sol de espacios violetas nos iluminó y nos hizo soñar. La cosecha de alegrías no fue ajena a las obras de esta muestra. En un cuadro- ventana de sacos de flores, otras tres jóvenes sonrieron, desafiando al espectador con los ojos cubiertos por párpados de paz, confiadas en que lo que salva está adentro de cada una de ellas y que no se debe temer al futuro. Por último, siluetas casi abstractas, similares al Talismán del sintetista Paul Sérusier, nos arrojaron en el pecho sus colores y
formas, invocando el camino hacia el verdadero Ser.
Sigue adelante Alma de fuerza y de silencios, tienes el toque de los que creen y de los que luchan sin dejar de la mano su esencia ancestral. Éxitos en cada proyecto que realices, en el Taller donde enseñas a nuevas generaciones el maravilloso arte de la creación de formas y de espacios a través de los trazos y los pigmentos, sigue cabalgando sobre el brillo de reinas, de santas, de herejes, de mujeres clarividentes que rescatan la vida en sus ojos ausentes, pero llenos de paz.