Narciso Isa Conde
La ausencia de medidas respecto a las enormes ganancias y riquezas en poder de las elites capitalistas, para destinarlas a aumentar los ingresos necesarios del estado e invertirlos en planes sociales, desarrollo de fuerzas productivas, infraestructuras cruciales y trascendentes transformaciones culturales, es lo más negativo del paquetazo fiscal presentado al congreso por el poder ejecutivo. A eso se agrega el robo y el saqueo impunes del patrimonio público y natural de nuestra nación
Esto contrasta con que, entre las abusivas y criminales medidas de esta nueva contrarreforma, denominada modernización fiscal, se incluyó el paquetazo tributario a todos los consumidores no ricos, a ser consumado con la ampliación de la base del impuesto a las Transferencias de Bienes Industrializados (ITBIS) y su conversión en Impuesto al Valor Agregado (IVA).
En esa ampliación se incluyen las mercancías que antes no gravaban el ITBI (menos el pan, arroz, pollo, leche, huevo, plátano y yuca), y todo lo demás que sea necesario comprar, será gravado con un 18 %. Es prácticamente la generalización de ese impuesto y del carácter regresivo del sistema tributario, disparando la carestía y espoleando la especulación.
Además, se aumentan esos impuestos sin presentar un plan para atacar las evasiones y otras trampas, que representan entre el 4 y el 5 % del PBI. Igual es ignorada la evasión empresarial de electricidad tolerada (calculada en un 3 % del PBI) y las privilegiadas descargas de impuestos a los combustibles a grandes corporaciones privadas.
El paquetazo no solo protege a los más ricos del sector privado, sino que encubre a quienes desde el estado no actúan contra quienes violan las leyes recaudatorias
Fuera del ITBIS solo seguirán sin impuestos adicionales las medicinas y los insumos agropecuarios, lo que implica extender el impuesto del 18% a todos los productos con valor agregado, por eso el cambio de nombre de ITBIS a IVA.
Ese duro golpe tributario no se compensa aumentando el miserable salario mínimo mensual del Estado de 10 a 15 mil pesos mensuales; ni mucho menos aumentando la tarjeta de alimentación con la ridícula suma de 350 pesos mensuales.
El tablazo tributario del ITBIS es una ley permanente.
El aumento de un salario mínimo monetario tan deprimido, además de ir detrás de la pérdida de poder compra de los ingresos en los últimos años, será triturado en breve tiempo por una carestía persistente, mañosamente encubierta por el Banco Central.
Igual pasará con el pequeño aumento de la referida tarjeta, componente de un asistencialismo clientelista frágil y a la vez perverso.
A eso se suma que el aumento de salarios en el sector privado, queda indefinido, sujeto a interminables negociaciones con una clase capitalista cavernícola.
Este paquetazo fiscal ha sido sometido, además, a un congreso degradado, depositado por un gobernante evasor de impuestos en paraísos fiscales, en un país impactado en cuatro décadas por contrarreformas neoliberales generadoras de desigualdades brutales y penurias dramáticas; montadas sobre la ominosa colonización y recolonización; a lo que se agrega el inicio de una fase más drástica de la estrategia neoliberal y de su proceso de privatización del patrimonio natural, incluido el recurso agua.
Por otra parte, las medidas propuestas por Abinader a lo sumo colectan 122 mil millones de pesos, equivalente al 1.5 % del PBI; y eso es muy poco para abordar el déficit fiscal, la deuda y los graves problemas del transporte, la salud, seguridad social, educación, seguridad ciudadana, alimentación, violencia de género… Y lo peor es que el conservadurismo y el entreguismo llevan al gobierno a excluir importantes fuentes de ingresos armónicas con la equidad social, los derechos de la mujer, de la niñez y la madre naturaleza.
Además, las economías anunciadas en política de gastos, lucen aportar poco en relación con la enorme deuda social y las necesidades más urgentes, entre ellas la grave crisis ambiental y su déficit de agua, totalmente evadidos por este paquetazo.
Solo el déficit fiscal anual es mayor que los nuevos ingresos contemplados en esa contrarreforma. Los intereses de la deuda equivalen a la quinta parte de un presupuesto de RD$1,484,234.6 millones, hay agregarle el pago de amortizaciones, más el programa de inversiones y gastos sociales imperiosos.
Ese cuadro fiscal apenas puede dar para cumplir con la exigencia del FMI en materia de deuda externa (razón fundamental de este nuevo ciclo de reformas y políticas neoliberales), capitalizar un poco el Banco Central, aumentar los 5 mil pesos al salario mínimo del sector público y los 350 pesos al programa de alimentos, avanzar en algunos proyectos emprendidos y dar inicio a unos pocos más.
Eso nos dice que este gobierno va a tomar más préstamos y que todo lo dicho por el alto mando del gobierno sobre una supuesta equidad y equilibrio fiscal, sobre frenar la deuda, lograr significativos y grandes avances en salud, educación, transporte, seguridad ciudadana y desarrollo inclusivo hasta alcanzar el título de país desarrollado en los próximos 12 años…es pura “plepla”, demasiada demagogia y bastante ridiculez.
A las consecuencias, en penurias y privaciones, que provocará este tablazo fiscal y al manto de mentiras con el que tratan de disfrazarlas, hay que derrotarlas en las calles, plazas y caminos, creando conciencia, desatando la indignación y convirtiéndolas en movilización y contra-poder popular.
El Movimiento Caamañista-MC llama, por tanto, a todos los sectores populares y a las capas medias golpeadas por este paquetazo y las demás políticas opresivas y degradantes, a defender, los derechos fundamentales de nuestro pueblo y de la madre tierra.
Llamamos a sus organizaciones y movimientos a coordinarse para esta trascendente resistencia socio-ambiental destinada derrotar el paquetazo a conquistar una vida decorosa en un ambiente sano.