BRISAS
Rosa Francia Esquea
rosafranciaesquea@gamil.com
Desde el pasado 17 de julio la Universidad Autónoma de Santo Domingo estrena nuevas autoridades y por primera vez, en casi 480 años, preside una mujer: Emma Polanco Melo, quien es doctora en Economía Aplicada y especializada en Contabilidad.
Los gobiernos de la academia más antigua de América están llamados a hacer gestiones de calidad, apegadas al estatuto orgánico y a los reglamentos institucionales, de modo que si el equipo que encabeza Emma Polanco Melo lo hace bien simplemente habrá hecho lo que tiene que
hacer.
Tenemos razones para confiar en que así será. Primero porque ella es una mujer que tiene una excelente hoja de vida que ha puesto al servicio de la UASD, desde las diferentes posiciones que ha ocupado; a otros centros de educación superior en los que ha trabajado y ha desempeñado exitosamente su profesión. Otra razón es que tiene a su favor el actual consejo universitario.
También, a mi juicio, en los casos en que el gobierno universitario ha estado encabezado por académicos de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales, se ha hecho muy buen trabajo. Como muestra están los casos de Edylberto Cabral y de Porfirio García. Sé que ellos la están apoyando.
Pero, sobre todo, está el compromiso que ella misma se ha impuesto de “respeto al orden institucional” y, tal como señaló en su discurso de toma de posesión “en ese tenor, actuaremos siempre con apego irrestricto a las disposiciones estatutarias y reglamentarias, superando viejas y dañinas prácticas que se han afincado y enraizado en el orden administrativo y en el ámbito académico”.
También, señaló que “utilizará la planificación estratégica como herramienta idónea para lograr el desarrollo armónico y equilibrado de la UASD”. Es decir, ella no improvisará.
El país está pendiente de esta gestión histórica y confiamos en que lo hará bien, no por ser mujer sino porque tiene el compromiso, la capacidad y el apoyo de un país que espera ansioso que la UASD avance con los tiempos y sea el referente académico y social que todos queremos.
Naturalmente, no se puede obviar que el éxito de su gestión continuará abriendo las puertas a otras académicas con capacidad para dirigir la UASD desterrando un machismo arraigado por casi cinco siglos.