La flacidez vaginal aqueja hasta el 63% de las mujeres entre 25 y 45 años que han tenido por lo menos un parto
La mayoría de las mujeres se preocupan por mantener firme la piel del rostro y el cuerpo, ignorando que pueden llegar a sufrir flacidez vaginal. Aunque hay muchos factores que inciden en esta condición, es un problema que se puede minimizar con algunos hábitos.
Las consecuencias de perder la tonicidad y elasticidad de esta zona es que se producen incomodidades que pueden afectar tanto la autoestima como el ámbito sexual. Si bien no es un impedimento para tener sexo, sí lo afecta desde el punto de vista psicológico.
La flacidez vaginal no está considerada como una enfermedad, ni tampoco como disfunción o defecto. Es un problema que se produce por la pérdida de tono muscular en la vagina, debido a factores genéticos, cambios hormonales y estilo de vida.
Los ginecólogos consideran que es una condición “natural”, dado que se produce principalmente cuando el cuerpo sufre un cambio biológico. Sin embargo, no por ello le restan importancia, pues puede incidir en la disminución del deseo sexual.
Esto no quiere decir que la flacidez sea un impedimento para disfrutar con plenitud las relaciones sexuales. El inconveniente es que afecta la autoestima y seguridad de las mujeres, despertándoles un sentimiento de vergüenza que a veces prefieren reprimir.
¿Cuáles son las causas de la flacidez vaginal?
No hay una causa exacta para explicar por qué algunas mujeres tienen flacidez vaginal y otras no. Sin embargo, hay varios factores que se relacionan con la tendencia a desarrollar esta condición.
El paso de los años es una de las causas principales de flacidez vaginal. Debido a los cambios propios del envejecimiento, el cuerpo empieza a producir menos colágeno, que es el principal responsable de mantener la piel firme.
Por eso, desde los 40 años en adelante, casi todas las mujeres empiezan a ver los signos de la edad. Si bien es más notorio en el rostro, cuello y escote, la entrepierna no se salva.
Embarazo y parto. Es normal que la vagina pierda un poco de tono después del estiramiento que sufre tras el parto. Inclusive, esa sensación de flacidez incrementa cuando el trabajo de parto duró muchas horas, se produjo un desgarro o se emplearon fórceps.
Sin embargo, cuando el bebé nace por cesárea, la mujer también puede desarrollar este síntoma. El simple embarazo hace que la piel y músculos de la vagina pierdan firmeza debido a la presión que sufren. Cabe decir que, además, la incidencia de tenerlo aumenta con el número de embarazos y partos.
Sobrepeso y sedentarismo. Los músculos de la vagina se pueden debilitar como consecuencia del sobrepeso y sedentarismo. Tal y como ocurre con otros grupos musculares, el ejercicio es clave para su fortalecimiento.
De hecho, hay varios ejercicios enfocados en el trabajo del suelo pélvico, cuya función es tonificar esta zona y, de paso, prevenir problemas como la incontinencia y disfunción sexual.
Cambios hormonales. Los trastornos fisiológicos que se producen durante el climaterio y la menopausia son fuertes detonantes de flacidez vaginal. En estos se produce un desequilibrio hormonal que aumenta la pérdida de firmeza vaginal por los cambios que sufre la mucosa que protege la zona.
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