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La burundanga, también llamada escopolamina, ha resultado ser la sustancia psicotrópica perfecta para los agresores, pues provoca un automatismo en el cerebro de la víctima causando un estado de sumisión ante cualquier orden. De este modo, algunos delincuentes y agresores sexuales suministran el fármaco a la persona que desean robar, violar o incluso asesinar. Una vez consumido, la víctima queda totalmente desprotegida.
La escopolamina, también conocida como burundanga es un alcaloide tropánico extremadamente tóxico que se encuentra como metabolito secundario en determinadas plantas.
Así actúa
Actualmente es utilizada para cometer delitos tales como robos, secuestros y delitos sexuales. Una intoxicación con burundanga produce sequedad de piel y mucosas, sed, dificultad para deglutir y hablar, pupilas dilatadas con reacción lenta a la luz y visión borrosa para objetos cercanos. La piel se enrojece por vasodilatación cutánea y disminución de la sudoración e hipertermia marcada. La frecuencia cardíaca aumenta, hay retención urinaria por espasmo del esfínter.
En dosis muy altas produce arritmias cardíacas, taquicardia severa, fibrilación, insuficiencia respiratoria, colapso vascular y muerte. En el sistema nervioso central «ocasiona un estado de pasividad completa de la persona con actitud de automatismo, recibe y ejecuta órdenes sin oposición, desapareciendo los actos inteligentes de la voluntad lo que se denomina ‘sumisión química’ y presenta amnesia anterógrada», destacó Damin.
En algunas personas puede causar desorientación, excitación psicomotriz, alucinaciones, delirio y agresividad. En dosis muy altas produce convulsiones, depresión severa y coma.
Como se ha mencionado anteriormente, es una droga utilizada para fines delictivos, pues la víctima intoxicada con burundanga sigue cualquier orden sin presentar resistencia, es decir, si se le ordena, es capaz de ofrecer su dinero y sus pertenencias sin hacer intento de escapar.
Lo que hace dificultoso detectar esta droga para la víctima es que no sabe ni huele a nada en particular y puede ser suministrada a través de diferentes medios, tales como la comida, la bebida (si se trata de bebidas alcohólicas el efecto depresor aumenta) o incluso por vía inhaladora (por ejemplo, un cigarro o pañuelo contaminado). La escopolamina resulta ser una de las drogas más peligrosas, no sólo por lo anteriormente expuesto, sino porque si el agresor supera en pocos microgramos la dosis, provocará la muerte de la víctima.
La escopolamina no únicamente está relacionada con fines delictivos, pues también tiene su uso medicinal en el que debe ser usada en dosis minúsculas (menos de 330 microgramos) debido a que una sobredosis puede causar delirios, agresividad, desorientación, convulsiones, estado de coma, e incluso la muerte.
Acostumbra a utilizarse, en el ámbito de la medicina, para prevenir y tratar mareos, para la dilatación de la pupila en exámenes de fondo de ojo e incluso se utiliza también como antiespasmódico, analgésico local y antiparkinsoniano.