Sheinbaum nació el 24 de junio de 1962 en la capital mexicana en el seno de una familia de origen judío. Su abuelo paterno llegó a México desde Lituania en la década de 1920, y su familia materna desde Bulgaria tras huir del nazismo.
Claudia Sheinbaum, la presidenta electa de México, en las elecciones presidenciales celebradas ayer domingo, tiene una destacada carrera como científica. Es física y cuenta con un doctorado en Ingeniería Medioambiental.
Nacida de padres científicos, no sólo heredó de ellos la inclinación académica, sino también la política, ya que ambos eran activistas de izquierda. “En mi casa se hablaba de política en el desayuno, el almuerzo y la cena”, dice ella en la biografía escrita por Arturo Cano.
«Esa dualidad entre hacer política para transformar el mundo y, al mismo tiempo, este sentido académico, científico, fue donde yo crecí», dijo Sheinbaum en un documental sobre su vida presentado a fines del año pasado y dirigido por su hijo.
Sheinbaum nació el 24 de junio de 1962 en la capital mexicana en el seno de una familia de origen judío. Su abuelo paterno llegó a México desde Lituania en la década de 1920, y su familia materna desde Bulgaria tras huir del nazismo.
A los 15 años ya se involucró con el movimiento de madres que buscaban a sus hijos desaparecidos por el Estado, comandado por Rosario Ibarra, una reconocida activista de derechos humanos y política izquierdista que fue la primera mujer en presentarse a unas elecciones presidenciales en México en 1982.
Tras graduarse como física en 1989 en la pública Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), cursó una maestría y luego un doctorado en la misma casa de estudios
Mientras preparaba su tesis doctoral, disfrutó de una estancia académica becada en la Universidad de California.
Y en el año 2000 empezó formalmente su carrera política.
Un amigo la puso en contacto con el actual mandatario, López Obrador, quien estaba por asumir como alcalde de Ciudad de México en diciembre de ese año y buscaba una científica de izquierda que lo ayudara con el problema ambiental en la capital. Ella aceptó el encargo de secretaria de Medio Ambiente.
Ocupó la cartera hasta 2006, cuando pasó a ser vocera de la campaña de López Obrador para las presidenciales de ese año. Un año más tarde, en 2007, fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz como parte de un grupo de expertos de la ONU por sus esfuerzos para difundir conocimientos sobre el cambio climático.
En 2018 se convirtió en la primera mujer electa alcaldesa de la capital en los mismos comicios en los que AMLO logró en su tercer intento el triunfo y la presidencia.