Mayra Perera
Muchas veces nos preguntamos las razones por lo cual no se avanza en el duelo. Influyen significativamente las características individuales de la que persona, el apoyo familiar y sus creencias espirituales; así como las circunstancias y el momento de vida en la que ocurrió la
pérdida.
Entre las que pueden dificultar la elaboración del duelo están: súbitas o inesperadas, causan mayor impacto; pérdida reciente con duelo anterior sin haber pasado nueve meses; muerte prematura de los padres, si ocurre antes de los once años; la forma de recibir la noticia, crea un impacto adicional al dolor y a veces estrés post traumático; las deformaciones o mutilaciones de la persona perdida, así como un prolongado periodo de cuidado al fallecido.
Cuando la persona se ha relacionado pasionalmente en las últimas semanas de ocurrir la separación o muerte, el duelo es muy difícil; dolor insano de la culpa cuando permanece en el tiempo, ocasionada por la creencia de que pudo haber hecho algo para que no sucediera la pérdida o hubo maltrato e indiferencia con el fallecido; la muerte por suicidio, puede aumentar la mortalidad entre los deudos, además se vive con mucho temor por la
probabilidad (7 veces ) de que vuelva a ocurrir de nuevo en la familia.
Otros tipos de pérdidas muy difíciles de elaborar son las catástrofes naturales, sobre todo si no se cuenta con los recursos económicos y planes de efectivo de parte del Estado; las pérdidas inconfesables, el doliente lo vive con desolación por la falta de apoyo familiar y social; por desapariciones, hay dolor y angustia prolongados en el tiempo, el cierre es muy difícil por las expectativas del regreso, categorizado como duelo ambiguo.
En estos tipos de peérdida no hay más dolor que en otras pérdidas no mencionadas, pero sí hay más desajuste emocional.