María Fals
La autora es crítica de arte
Arian García es un artista visual cubano de amplia trayectoria. Premio Nacional de Diseño en Cuba.
Autor del libro El cartel cubano y su inserción en la Postmodernidad publicado en el 2015, miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), de la Asociación Cubana de Artesanos y Artistas (ACAA) y otras instituciones. Es egresado de la Academia de San Alejandro y del Instituto Superior de Diseño Industrial de La Habana y realizó Máster en Gestión e Innovación de Diseño.
Ha expuesto en Cuba, en EE.UU y en República Dominicana un arte simbólico, personal, donde interpreta elementos de la flora y de la fauna de su país natal, casas antiguas y sobre todo su bandera, que lleva siempre en el corazón. La figura humana aparece dentro de su obra con rasgos sintéticos, con un rostro que puede ser el de cualquier persona, expresión del yo colectivo del que habló Walt Witman.
Entre sus exposiciones más recientes se encuentran “Tres colores y una bandera en tiempo desombras”, presentada en octubre de 2022 en el CODAP, e “Historias para enseñarte”, inaugurada en la Quinta Dominica el 18 de enero de 2023 y presentada en junio de 2023 en FUNANART.
Participó también en el ciclo de exposiciones colectivas de “La Última Cena”, desarrollado en República Dominicana entre abril y diciembre del 2022. En esos eventos expuso una obra en el Centro Perelló de Baní (agosto, 2022) y en la Casa de Cultura Cándido Bidó, de la Fuerza Aérea Dominicana (septiembre, 2022).
En febrero de 2023, sus creaciones formaron parte de la muestra colectiva realizada en la Universidad de Rhode Island, Providence, EE. UU. junto a artistas de Bahamas, EE.UU, México, Puerto Rico y Cuba, por del Mes de la Cultura Negra.
Próximamente, el 20 de octubre de 2023, inaugurará en el Día de la Cultura Cubana, la exposición “Certezas y premoniciones” en los salones de la Casa de la Cultura Eduardo Brito de Puerto Plata, República Dominicana. Una parte de esta muestra se encontrará también en el Museo Fortaleza San Felipe. Contará con el auspicio de la Dirección Provincial de Cultura de Puerto Plata y su director Francisco Reyes, y del Museo Fortaleza San Felipe, a través de su directora Sole Fermín, de la Dirección General de Museos y de Philartis R.D. La museografía contará con la participación del Geo Ripley y de la arquitecta Fior D. Mateo.
“Certezas y premoniciones” contendrá obras muy variadas, donde se representan viviendas de madera de precario equilibrio, sostenidas por el milagro de la Voluntad Divina, que en medio de su decadencia aún resultarán bellas, poseedoras de una historia que toca el corazón. También aparecerán referencias a los símbolos patrios, reflexiones sobre la vida humana, nubes, vuelos, semi abstracciones donde descubrir las huellas de nuestra imaginación.
Los objetos artísticos presentados estarán confeccionados con materiales de una gran diversidad, acrílicos sobre lienzos, cortezas de madera pintadas, latas recicladas, enchufes, sartenes, plumas, papel, un marco reencontrado, cualquier cosa que sea hija de la necesidad y la creatividad de un ser humano. Todos esos son puntos de partida para crear un universo de significados que dialoga con los espectadores, otorgándoles la libertad para hacer su propia interpretación de una “obra abierta”, según las palabras de Umberto Eco.
Esta muestra tendrá una fuerte carga que evoca al mismo tiempo al onirismo surrealista, a la pintura metafísica, al informalismo de un Fautrier. Posee al mismo tiempo el impacto del arte Pop y la sutileza de la pintura japonesa: abarcará el dorado deslumbrante fundido con la negrura del caos, las manchas del rojo se fundirán con el azul desvaído y con el blanco de la pureza sin fin.
Sobre todo, será algo profundamente original, donde se mostrará una “mitología personal” según la frase que escucho a menudo en boca de gran intelectual dominicano Geo Ripley.
“Certezas y premoniciones” es una catarsis y un canto a la esperanza. Al visitarla, la certeza de lo vivido, la esencia de lo que somos, se multiplicará en cada uno de nosotros, sanando el corazón, convidando a la reflexión, a volar más allá de nosotros mismos, agitando nuestra pluma solitaria que es también la de otros, para poder mirar las nubes desde arriba y construir un mundo mejor a través de la labor colectiva.