El experto designado por la ONU sobre los derechos humanos en Haití manifestó este lunes su «alarma extrema» por el cierre de la frontera entre República Dominicana y Haití e instó a las autoridades dominicanas a que reconsideren su decisión.
William O’Neill advirtió de las «graves repercusiones» para ambos países de la decisión del presidente dominicano, Luis Abinader, de cerrar la frontera con su vecino hasta que las autoridades haitianas renuncien a la construcción de un canal para desviar agua del limítrofe río Masacre.
Aunque muchas empresas de República Dominicana se resentirán de la decisión, así como muchos jornaleros haitianos, del lado de Haití «el impacto será aún más grave», auguró.
La inseguridad y la violencia que generan las bandas armadas en este país hace que muchos productos esenciales como alimentos, equipos médicos y medicamentos se importen del país vecino.
«Directores de clínicas médicas de Haití me han dicho que no podrán atender a sus pacientes si se corta el acceso a la República Dominicana. Hay vidas en juego», advirtió.
Haití recibe al menos el 25% de los alimentos de República Dominicana y muchas escuelas de la zona fronteriza compran en la frontera los alimentos que utilizan para el almuerzo de sus alumnos. El acceso al agua también se verá obstaculizado, recordó.
«Insto a la República Dominicana a que permita la entrega de todo tipo de ayuda humanitaria y bienes esenciales a Haití para evitar que se agrave aún más una crisis, ya de por sí grave», dijo en un comunicado emitido desde Ginebra.
«La incesante violencia y las violaciones y abusos de los derechos humanos en Haití no permiten actualmente el retorno seguro, digno y sostenible de los haitianos al país», recordó.
Asimismo, instó a los gobiernos de ambos países, que comparten la isla caribeña La Española, a que vuelvan a la mesa de negociaciones y para alcanzar una resolución pacífica de esta disputa.
Haití, el país más pobre de América, lleva años sumido en una crisis económica y política agravada por la violencia de las pandillas, que imponen la ley del más fuerte en buena parte del territorio.
AFP