Margarita Quiroz
Recuerdo cuando te vi por primera vez… Era una mañana de a finales de los 90, como a eso de las 9:30 a 10:00. Pasé por la redacción del desaparecido periódico Última Hora a recibir instrucciones de su entonces director, Ruddy González, para ingresar como parte de aquel brillante y muy recordado equipo periodístico.
Manuel Quiroz y tú -Leo Hernández- se encontraban en la oficina del director, cuando su secretaria – Wanda- me hizo pasar. Discutían con una agudeza increíble cuál sería la nota principal de la edición de ese día. Tu llevabas una camisa a cuadros, remangada hasta los codos, sin corbata, ni saco… a diferencia de los otros dos debatientes, que vestían de traje gris claro, como si se hubiesen puesto de acuerdo.
La discusión fue fascinante, se barajaron varios títulos y enfoques, pero el entusiasmo que tú le impregnaba a la discusión fue lo obvio. Allí, casi invisible, pensé que entraría a una excelente escuela y así fue. A Dios gracias por los maestros: Ruddy González, Sara Savarín, tu comadre, Manuel Quiroz, Leonora Ramírez, Vivian Jiménez, Roberto Lebrón, Pedro Ángel Martínez, Wilson Suazo, Cándida Figuereo, Eli Heiliger, José Miguel Carrión, en fin…
El tema en cuestión era la enfermedad del expresidente Joaquín Balaguer, lo que tú dominaba al dedillo, como muchos otros. Finalmente la discusión terminó e imperó el último título que sugeriste. Manuel y tu, salieron raudos hacia la redacción. Entonces, fue cuando don Ruddy me pudo prestar atención.
Al salir del encuentro, pasé a la oficina de Manuel Quiroz, al lado, quedaba el escritorio donde te sentabas y en la silla, vi tu chaqueta y corbata; con el tiempo pude contactar que para trabajar tenías que sentirte libre.
El día a día en esa redacción eran para mi un reto constante, llegué a sustituir a la veterana Luchy Placencia, ¡qué osadía! con apenas nociones del periodismo ejercido en Radio Popular y en la revista Víu, del también desaparecido periódico El Siglo.
Héctor Marte y yo éramos los más novatos, y tus discípulos, verte escribir en la computadora, con sólo dos dedos, y buscar en tu prodigiosa memoria y amplias fuentes, el palo periodístico del día, nos llenaba de inspiración.
Manuel Quiroz, era el subdirector, y tu, el jefe de Redacción, luego de años de ser reportero y editor político para el mismo vespertino. Ahí me formé, Quiroz dice que lo que sé se lo debo a él – no le debato, en parte tiene razón- pero sí está claro, que aprendí contigo lo que no vi en las aulas de la universidad, cómo olfatear la noticia, cómo enfocarla, relatarla, pero sobre todo, cómo ser periodista las 24 horas del día.
Ayer, editando la sección que dirijo en el periódico Hoy, en la que hicimos un homenaje a Carmenchu Brusíloff, por el Día del Periodista, que se celebra hoy, y por ser elegida Premio Nacional de Periodismo 2018, pensé en lo que tu siempre decías: «soy periodista las 24 horas del día».
Carmenchu, veterana periodista, de esos que casi ya no existen, en cuanto a profesionalidad y ética -así como tú- externaba la siguiente preocupación: “ya no se es periodista las 24 horas del día. Una triste realidad.
Felicidades mi amor , hoy estás de fiesta en el cielo, como me dijo mi hermano, Fernando Quiroz, esta mañana. Felicidades, hoy es el Día del Periodista 24/7.