El Digital.com.do reproduce este miércoles, 5 de abril, Día Nacional del Periodista, una de las columnas escritas por el destacado periodista Leo Hernández para el periódico El Caribe, titulada Mis 45 años, en la que hacía referencia a sus años de ejercicio profesional. Fue publicada el 22 de septiembre de 2016, un año después, el 2 de septiembre, falleció de un ataque cardiaco. Felicidades donde Dios ha querido que esté
Leo Hernández
Hoy, jueves, 22 de septiembre, arribo a 45 años en ejercicio del periodismo, que según el gran maestro Gabriel García Márquez, es el mejor oficio del mundo. Como en toda actividad humana, he tenido muchas, pero muchas satisfacciones, sin ausencia natural de las decepciones que nunca faltan.
Repasando mi memoria llegan a mí aquellos deseos infantiles de ser arquitecto, y cuando casi en la adolescencia por poca cosa no fui sacerdote.
Encontré mi vocación por el periodismo tras ser “descubierto” como prospecto por Gregorio García Castro (Goyito) y luego, al ser atraído para trabajar en la capital desde la provincia Duarte por mi compadre César Medina y cortejado por Eulalio Almonte Rubiera para ingresar en Noticiero Cristal. César Herrera, con su sabiduría erudita, me nutrió bastante de conocimientos y me apoyó sin reservas para ingresar a la Universidad Central del Este (UCE), donde estudié becado por la Lotería Nacional. Después, Víctor Melo Báez, Nelson Marrero, Aníbal de Castro y Ruddy González, entre otros, han sido responsables de mi paso y presencia en los medios. De estos últimos 45 años, durante casi 40 he laborado en las relaciones públicas gubernamentales, y ¡qué bien!, lo he hecho bajo 6 de las 7 más recientes administraciones del Estado.
De mi abundante, casi masiva prole, han heredado amor por la comunicación mi fallecida e inolvidable hija Victoria Margarita (Vicky), la mayor de mis hembras, así como Leo y Fénix Leonardo, a quienes trató de orientar para que no se aparten de las rutas del ejercicio profesional humilde, servicial, responsable y ético.
A las puertas de los 62 años de edad, no he dejado el hábito de buscar enriquecer cada día más mi formación personal, con la lectura y compartiendo las herramientas renovables del saber, en el entendido de que el periodismo no se ejerce con horarios ni condicionalidades. Reivindico a Gardel, quien con su voz inmortalizó la expresión de que 20 años no es nada. Yo la amplío convencido de que 45 tampoco.
Gracias al Todopoderoso por permitirme vivirlo y disfrutarlo…