Fernando Quiroz
Especial para elDigital.com.do
“Ciertamente, del Gobierno Compartido saldrán menos funcionarios ricos, pero más dominicanos satisfechos de que el Estado no fue indiferente a su dolor ni desamparo”, legó en sus discursos.
El doctor José Francisco Peña Gómez, considerado el más grande líder de masas en la historia del país, concibió lo que denominó el Gobierno Compartido, con el eslogan Primero la Gente. A propósito de que este 6 de marzo se conmemora 86 años de su natalicio, reseño aspectos trascendentes de su vida y sus aportes a la construcción de la democracia nacional y a la libertad.
La concepción del plan que implementaría de llegar a ser presidente de la República, elaborado con el concurso de sobresalientes técnicos y especialistas en las diferentes áreas, incluía todo lo que se debía hacer para el desarrollo nacional, con énfasis en el ser humano.
Pero hubo algo más trascendente en su convicción y quehacer político: Lo que no debía hacer.
“No vamos a enriquecernos con el ejercicio del poder ni a enriquecer a nuestros familiares; no vamos a practicar nepotismo, ni a convertir el poder en una heredad familiar”, advertía.
Tampoco, llegó a exponer, se rodeará de un círculo cerrado de colaboradores obsecuentes, de aduladores y ‘tumbapolvos’ que han causado la ruina de estadistas que liberados de la ‘polilla palaciega’ pudieron servir mejor a los intereses del pueblo.
“No vamos a tolerar la corrupción administrativa, a perseguir a nuestros enemigos por causas políticas ni a utilizar el poder que nos confía el pueblo como instrumento de venganza ni de retaliación. No vamos a utilizar el dinero del Estado para corromper conciencias ni para avasallar a nuestros adversarios”.
Con los fondos que arrebatan al país la corrupción, y los aportes del Estado, proponía aliviar el sufrimiento de los pobres.
Del suelo a la cima
Su nacimiento fue registrado el 6 de marzo de 1937 en la Loma del Flaco, Mao. Junto a su hermano Domingo y una adolescente de la familia, tuvo que ser abandonado por sus padres con meses de nacido, a la intemperie, en una loma, cuando hombres armados de la tiranía de Rafael Trujillo, en 1937, buscaban y asesinaban a su paso a los haitianos y a los de su color, negro, en la frontera con Haití.
Del suelo a la cima. Así fue su origen y ascenso, de un rancho de yagua con piso de tierra a codearse con grandes líderes del mundo en los majestuosos palacios de Europa. Todo lo marcó el tiempo. Una historia dramática.
José Francisco Antonio Peña Gómez nunca conoció a sus padres biológicos. Oguis Vicente y Maria Marcelino, a quienes se les atribuyó ser haitianos, y no pudieron darle nombre y apellido, por lo que fue adoptado por la pareja de esposos de avanzada edad Regino Peña Gómez y Fermina Peña.
En las adversidades de su niñez, para ayudar a sus padres adoptivos, tuvo que trabajar en labores agrícolas, comerciales y de alfabetización.
Desde esa comunidad rural y empobrecida venía surcando una trayectoria de sacrificio, triple esfuerzo, por su origen, que le convirtieron en maestro de escuela, locutor, abogado, político. Era entusiasta, carismático y gran movilizador de masas.
Su nacionalidad fue el punto que generó más polémica en su vida, pues sus enemigos lo acusaban de haitiano, por su piel, del color de la noche, como él mismo solía manifestar.
Tras el derrocamiento del dictador Rafael Leónidas Trujillo, el 30 de mayo de 1961, participó en los más trascendentes episodios políticos de la vida nacional, como la conspiración contra el Triunvirato que sustituyó al derrocado presidente Bosch y a través del programa radial Tribuna Democrática llamó al pueblo a lanzarse a las calles a pedir la vuelta a la constitucionalidad y al gobierno de Bosch.
Como líder del otrora poderoso Partido Revolucionario Dominicano (PRD), tras la renuncia de Bosch de esa organización, en el 1973,alcanzó notoriedad vía la Internacional Socialista, ideología que abrazó, por difundir en el mundo su mensaje de solidaridad, justicia social y bienestar para la gente.
Gobierno Compartido
Su Gobierno Compartido contemplaba un nuevo modelo de dirección colegial del Estado, que promoviera la democratización del poder y abriera anchos espacios a la sociedad civil, a través de un Consejo Nacional de Gobierno en el que existirían, adjunto al Presidente, los secretarios de Estado (ministros) y altos funcionarios, los representantes de las organizaciones comunitarias profesionales, industriales, comerciales, agropecuarias, académicas, religiosas, sindicales, campesinas y clubes de servicios, como un órgano de consulta permanente.
Decía que el primer deber de todo gobierno responsable es preocuparse por el bienestar del pueblo. “Porque primero es la educación, salud, alimentación, protección, seguridad social, saneamiento básico, vivienda, deporte y la recreación”.
Convencido estaba que cuando el crecimiento económico no se corresponde con una justa repartición de ingresos, se está en la presencia de la injusticia social.
Fue el ideólogo y estratega de las victorias de los presidentes Antonio Guzmán, 1978-1982; Salvador Jorge Blanco, 1982-1986. Fue síndico de Santo Domingo (1982-1986).
Candidato tres veces a la presidencia de la República Dominicana (1990, 1994, 1996).
El líder reformista Joaquín Balaguer fue su gran contrincante durante toda su carrera, y contra quien denunció un fraude electoral en las elecciones de 1994, que no le permitió llegar a la Presidencia y generó una gran crisis postelectoral.
La salida a esta crisis fue el Pacto por la Democracia, que finalmente derivó en convocatoria en elecciones presidenciales en el 1996, y fue derrotado en una segunda vuelta, por una inusitada alianza entre el PRSC de Balaguer, y el PLD, de su antiguo maestro Bosch, que postulaba a Leonel Fernández, prestigioso académico y abogado, pero desconocido como líder político, quien se convirtió en el nuevo presidente de la República.
Peña Gómez falleció la noche del 10 de mayo de 1998, tras años de batallar contra un cáncer estomacal que necesitó dos cirugías.
Le llegó la muerte a seis días de las elecciones cuando se postula de nuevo como síndico, su último esfuerzo por mantener unido a su partido. A años de su muerte, el PRD se dividió, y el desprendimiento, Partido Revolucionario Moderno (PRM), gobierna actualmente, con el presidente Luis Abinader.