El modisto francés Hubert de Givenchy, pionero de la moda de confección que diseñó el emblemático vestido negro de Audrey Hepburn en “Breakfast at Tiffany’s” (“Muñequita de lujo”), falleció. Tenía 91 años.
La casa de Givenchy rindió homenaje a su fundador como “una gran personalidad del mundo de la alta costura francesa y un caballero que representó la moda y la elegancia parisina durante más de medio siglo”.
“Revolucionó la moda internacional con los estilos clásicos que creó para Audrey Hepburn, su gran amiga y musa por más de 40 años”, dijo la casa de Givenchy en un comunicado. “Su trabajo sigue siendo tan relevante hoy como lo fue entonces”.
Junto con Christian Dior, Yves Saint Laurent y su mentor, Cristóbal Balenciaga, Givenchy formó parte de una élite de diseñadores afincados en París que redefinieron la moda tras la Segunda Guerra Mundial.
Un hombre imponente y elegante de modales impecables, Givenchy forjó amistades cercanas con sus famosas clientas, desde sirenas de Hollywood como Elizabeth Taylor y Lauren Bacall hasta mujeres de estado como Jackie Kennedy y la princesa Grace de Mónaco.
Nacido en el seno de una familia aristocrática en la ciudad provincial de Beauvais el 21 de febrero de 1927, Givenchy se mudó a París hacia finales de su adolescencia, luego de la Segunda Guerra Mundial.
El modisto Jacques Fath lo contrató por la calidad de sus bosquejos, y pasó dos años aprendiendo lo básico sobre diseño de modas, desde dibujar hasta cortar y probar trajes de alta costura.
Tras trabajar como aprendiz de otros grandes diseñadores, Givenchy fundó su propia casa en 1952.
Su primera colección abrió paso al concepto de las piezas separadas, con blusas y pantalones o faldas que podían mezclarse y combinarse, en lugar de los estilos de pies a cabeza que eran la norma entre los proveedores de ropa parisinos.
Al trabajar con un presupuesto limitado, Givenchy presentó faldas largas hasta el piso y blusas de campo chic en telas de algodón blanco crudo normalmente reservadas para pruebas.
“Le Grand Hubert”, como a menudo lo llamaban por sus 1,96 metros (6 pies, 5 pulgadas) de estatura, se hizo popular entre las clientas privilegiadas de la alta costura y su marca pronto sedujo a figuras como Gloria Guinness, Wallis Simpson y la emperatriz Farah Pahlaví de Irán.
Pero la clienta cuyo nombre se convertiría en casi sinónimo de la casa fue la actriz Audrey Hepburn, a quien conoció en 1953, cuando la vistió para la comedia romántica “Sabrina”.
Cuenta la leyenda que Givenchy, a quien solo le dijeron que la señorita Hepburn vendría a una prueba, esperaba a la gran Katherine Hepburn. En vez, la diminuta Audrey apareció, vestida con pantalones pitillo, camiseta y sandalias.
Así empezó una amistad de décadas que vio a Givenchy vestir a la estrella en casi una docena de películas, incluyendo el éxito de 1961 “Breakfast at Tiffany’s”. El vestido negro sin mangas que usó en la película, combinado con hileras de perlas, guantes hasta los codos y enormes gafas de sol, terminó convirtiéndose en el look más famoso del diseñador.
Con el fin de llegar a un mercado más amplio, Givenchy lanzó una línea de ropa de confección y accesorios en la década de 1960. Su éxito comercial pronto le permitió comprar a sus patrocinadores, con lo que pasó a ser uno de los pocos modistos de París dueños de la totalidad de sus marcas.
En 1988 vendió la casa al conglomerado de lujo francés LVMH, compañía matriz de marcas de moda que ahora incluyen a Dior, Celine, Marc Jacobs, Pucci y Kenzo.
Givenchy se retiró en 1995 y fue sucedido por John Galliano, Alexander McQueen, Julien Macdonald, el italiano Riccardo Tisci y su actual diseñadora principal, Clare Waight Keller, la primera mujer en el puesto.
Waight Keller, al mando de la marca desde el año pasado, dijo en su cuenta de Instagram que estaba “profundamente triste por la pérdida de un gran hombre y artista al que tuve el honor de conocer”.
“No solo fue una de las figuras de la moda más influyentes de nuestros tiempos cuyo legado sigue influenciando la moda moderna, sino también uno de los hombres más elegantes y encantadores que haya conocido”, escribió.
Bernard Arnault, director ejecutivo de LVMH, dijo que estaba “muy triste” por el deceso de Givenchy.
“Estuvo entre esos diseñadores que pusieron a París firmemente en el corazón del mundo de la moda después de 1950 mientras creaba una personalidad única para su propia marca de moda”, dice un comunicado difundido por LVMH.
Le sobrevive su compañero, el modisto francés Philippe Venet.