Por María Fals
M.A. Crítica e Historiadora del Arte
Entre la lluvia inesperada de este viernes 4 de noviembre concluyó la exposición “Más allá del yo. Dos a punto de fundir” de Carlos Montesino y Marivell Contreras, presentada en la sala Mario Saviñon de León del Centro Mirador.
El encuentro con las fotografías de dos seres humanos agudos, resilientes y que se dedican a constantes búsquedas de lo excepcional dentro de lo cotidiano, me hizo sentirme reflejada en cada una de estas imágenes tomadas en los tiempos de la Pandemia de la covid 19.
Carlo Montesino, ha sido maestro de la Escuela de Altos de Chavón, de la ENAV. Me lo encuentro cada mañana en la Facultad de Artes de la UASD donde imparte docencia en la Escuela de Artes Plásticas. Es graduado de una Maestría en Pintura en Parsons The New School y posee una larga y vibrante trayectoria artística. Ha participado en 14 exposiciones individuales realizadas tanto en la República Dominicana como en México, Santiago de Chile y Martinica.
Es capaz de adentrarse en la exploración de sus emociones en un salto vertiginoso hacia el infinito es un gran artista del color, de las hojas verdes de las palmas y del azul del cielo. Es vivaz y elocuente cual los trazos que envuelven sus figuras, como la luz de sus lienzos y fotografías. Su humor incendiario es proverbial y genuino.
Marivell Contreras posee un máster en Artes Visuales. Es gestora cultural, investigadora musical, artista y una escritora que se sobrepuso a la pandemia, a la que conocí en sus encuentros literarios virtuales que demostraron una vez más que la vida seguía. Autora de varios poemarios, microrrelatos y de diferentes textos que ha presentado en la República Dominicana y otras tierras, se comunica esta vez con nosotros a través de la exploración de de su propio cuerpo, de su rostro y de su psique a través de la fotografía.
La selfie como autorretrato fotográfico es una mirada hacia uno mismo, una interrogación, una forma de auto descubrirnos, de observar cómo nos ven los demás, ya sea a través del “ello” o del ellos, de juzgarnos, de analizarnos y de que podamos obtener una síntesis de los mensajes gestuales que lanzamos al mundo exterior.
En la selfie también escogemos la forma en que deseamos mostrarnos al mundo. Nos captamos en nuestros momentos de alegría y de tristeza, en contacto con la naturaleza, con la gente, con el universo. Estos dos artistas, magos de su propia identidad, se tapan el rostro con la mascarilla como el mal necesario, saltan, sonríen, juegan con sus mascotas, se alimentan y nos miran desde la profundidad de sus deseos y pensamientos.
Marivell y Carlos, envueltos en círculos, rodeados de árboles, puestos de cabeza, gritando, en el instante del descanso, en la sombra y en la luz, desde su amor o desde su rabia, a través de cada gesto de su cuerpo y de su rostro, nos invitan en sus selfies a acercarnos a nuestros espacios imaginativos individuales como parte de ese todo que se levanta desde la inmensidad del ser y el trascender.