Los más solicitados son los que tienen que ver con el lifting facial sin cirugía: bótox, ácido hialurónico, mesoterapia…
La demanda de operaciones de cirugía estética ha alcanzado el nivel más alto de su historia, con un volumen de negocio de 8.600 millones de euros durante 2017, cifra que duplica el resultado obtenido hace siete años, según datos de la organización IMCAS (Aesthetic, Surgery and Cosmetic).
La previsión para 2018, según IMCAS, es aumentar la cifra en otros 700 millones.
¿A qué se debe este aumento? Para el presidente de ASAPS (organización que reúne a los cirujanos norteamericanos), Daniel Mills, tiene que ver con un deseo de los hijos del babyboom -los nacidos entre los años 40 y los 60 en Estados Unidos, y en los 60 en España- con «mantenerse competitivos en un mundo juvenil». Es decir, con cuidar el físico en la era global de las redes sociales y del selfie.
Jesús Benito Ruiz, presidente de los cirujanos españoles en AECEP, considera que el selfie es en gran medida responsable de este aumento de las demandas de cirugías. La generación del babyboom comenta en las consultas si se ven o no favorecidos en las fotos que de ellos se publican en Facebook o Instagram.
Dado que han nacido en la era digital y que tienen interiorizados ciertos comportamientos y maneras de relacionarse, para los babyboomers la imagen es de vital importancia. Esto les lleva a interesarse por los retoques faciales.
De hecho, Ruiz añade que los tratamientos no invasivos, la medicina estética realizada en clínica (sin necesidad de anestesia ni ingreso hospitalario) ha sido el sector que más ha crecido mundialmente: 13,2 millones de procedimientos, frente a 10,4 realizados con bisturí y en quirófano. Los más solicitados son los que tienen que ver con el lifting facial sin cirugía: bótox, ácido hialurónico, mesoterapia…
El ‘selfie’ exagera los rasgos
El presidente de la Asociación Española de Cirugía Estética explica que es comprensible que las personas se vean muchos defectos en los selfies.
«Una foto con una mala luz, que tiende a ensanchar la cara, con posturas forzadas y poco naturales», comenta, mientras hace hincapié en que «no es la mejor foto para buscar un tratamiento o para ver si un tratamiento ha sido eficaz».