Petra Saviñón Ferreras
La viruela del mono ya está en el país. Hace rato que fue detectada una persona que de manera responsable acudió solita a las autoridades a reportar sus síntomas.
Sin embargo, casi un mes después de que ese ciudadano retornado de Estados Unidos tuviera ese gesto de civismo, es que el Ministerio de Salud Pública informa de un “caso sospechoso”.
Dos cuestiones aquí, primero los estudios certeros permiten detectar el virus con precisión (por eso son certeros, claro) y segundo ¿Con qué objeto vendieron la información como que era un caso recién llegado?
Ellos mismos en una nota de prensa posterior tumban esa estrategia cuando colocan la fecha en la que fue recibido el paciente en el hospital Ramón de Lara. Vaya a saber qué fin tenía ¿? Jesumanifica.
Ahora reportan dos afectados más. Un joven y una señora, en Santiago y Monte Plata, lo que da la impresión de que poco a poco ese mal avanza y trae la pregunta de cuántos habrá en realidad. Ojalá ni uno más de los reportados.
Así, otra vez Salud Pública llama a no alarmarse y queremos confiar en que no hay razones para el pánico pero igual necesitamos que ese organismo sea transparente en sus informaciones sobre esa y todas las patologías que circulan en el país.
La población, tan ingeniosa, ya profetiza que el covid y este nuevo mal son parte de las siete plagas y que por tanto vendrán cinco más. Mi madre santísima ¿Quién soportará esa reedición que destruyó a Egipto y más que reedición íntegra, una versión alterada?
El gobierno debe enfrentar estas dos que llegaron alante y evitar en colaboración con una población dispuesta a ayudar que lleguen las otras cinco. Habrá que levantarse en armas sanitarias.
Aunque ya hay otras plagas por estas zonas como los políticos, contra los que aún no existen vacunas ni antídotos y nos diezman sin control.