Por María Fals
M.A.Crítica e Historiadora del Arte
El 25 de marzo del presente año se celebró en la sala Máximo Avilés Blonda del Palacio de Bellas Artes el estreno de la obra teatral “Makandal. Nombre de lo escondido y lo innombrable”, inspirada en el poema de Manuel Rueda “La metamorfosis de Makandal”.
La dramaturgia es de Haffe Serulle, mientras que, la adaptación y dirección del espectáculo estuvo a cargo de Fausto Rojas. Esta excelente muestra dramática se estuvo presentando hasta el domingo 3 de abril de 2022.
Francois Makandal fue un esclavo del Santo Domingo Francés fallecido en 1758. Traído de África a través de la violenta trata negrera fue quemado en la hoguera como castigo por rebelarse contra el yugo esclavista. Su historia dio origen a numerosas leyendas en las cuales su espíritu se salva y vuela sobre las llamas, convertido en un pájaro, rumbo a la libertad.
Manuel Rueda (1921-1999) fue un destacado poeta, dramaturgo, ensayista y músico dominicano nacido en Montecristi. Este gran intelectual fue director del Conservatorio Nacional de Música y dirigió el Instituto de Investigaciones Folclóricas de la Universidad Pedro Henríquez Ureña (UNPHU). Con el poema épico que inspira esta obra de teatro, ganó el Premio Nacional Libro del Año.
Haffe Serulle, autor de más de veinte obras de teatro, estudió dirección e interpretación en la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid y Sociología Laboral en esa misma ciudad. Fundó el grupo de teatro de la UASD, universidad de la que fue catedrático y en la que ocupó cargos administrativos. Fue director de la Escuela Nacional de Teatro y presidente de la Unión Dominicana de Derechos Humanos.
Fausto Rojas es el director de la Compañía Nacional de Teatro de la República Dominicana. Dirigió “Yago, yo no soy el que soy” que ha sido incluida en el catálogo de la REDLAE del 2019. Es egresado de la Escuela Nacional de Arte Dramático en el 2003 y de la Escuela de Cine Maine Media Workshops de EE. UU en el 2008.
Ha sido profesor de Actuación en INTEC, en la Escuela Nacional de Arte Dramático y director del grupo de Teatro del Banco Popular. También ha dirigido numerosos filmes como “Liborio” (2021), “Rubirosa 1, 2 y 3” (2018), “Un lío en dólares” (2014) y “Biodegradable” (2013).
Un elenco de alta calidad se ha hecho cargo de esta puesta en escena, exhibiendo un altísimo nivel en sus actuaciones y en la identificación psicológica con los personajes que representan, no dejando nada a la improvisación. Cada gesto, cada sonido de su voz tiene un por qué y un para qué, rememorando el tiempo, el destino, la naturaleza, la dignidad. Johnnié Mercedes se trasmuta en un Makandal único, su voz agita las fibras sensibles a través de sus anhelos expresados a veces en susurros, otras en los ecos de sus gritos que lanza al viento.
Manuel Raposo, en el Demonio alcanza la excelencia evocando el mal, la explotación del trabajo de las personas y de los recursos naturales en una mímesis inolvidable. Yorya Lina Castillo, se convierte totalmente en Anaisa, en la fertilidad, en la esencia universal que fluye en cada río y se esconde debajo de cada rama del bosque húmedo.
Con movimientos llenos de sensualidad femenina unas veces, y en otros portadores de una fuerza guerrera, mantiene la atención de los espectadores que buscan descifrar su mensaje poético.
Gilberto Hernández, excelente en su papel del General, hace un duelo de talentos y búsquedas con su personaje, expresando a través de él las fuerzas de la violencia que quieren dominar al mundo y prohibir la libertad.
Magistrales son las tres Ancianas, que a coro llaman y tocan tambores invocando el retorno de Macandal para vencer lo mezquino y lo bajo. Estas son interpretadas por las jóvenes actrices Pachi Méndez, Cindy Galán y Johanna González quienes constituyen el hilo conductor de toda la trama. Rememoran en su trinidad a las brujas de “Macbeth”, presagiando el futuro a través de su magia.
Francys Frica interpreta el papel de un Niño, el sentido de una nueva generación que trae aire fresco a esta desgastada humanidad, que enlaza el pasado con el sueño del logro de un mundo mejor. Miguel Bucareli, el Caribe, reflexiona con un lenguaje metafórico sobre la exuberancia de la naturaleza, el frescor de las aguas dulces y la búsqueda de lo que une y redime.
Orestes Amador, entrega cuerpo y espíritu en su papel del Chamán de la Isla, encarnando el misterio, la energía vital del tiempo y de la trascendencia. Cada movimiento es una danza, una fuerza que comparte con el público y lo llena de fuego. Vadir González toca una banda sonora en vivo, que se unifica con cada golpe de látigo, con cada escorzo y acción corporal, haciéndonos sentir que estamos dentro del caos ordenado de la jungla viva de las pasiones humanas.
Se percibe entre los artistas una gran fraternidad, un equilibrio perfecto entre el yo individual y colectivo. Cada uno de ellos es la pieza insustituible de un trabajo en equipo, donde la colaboración genuina que renuncia al ego ha sido la clave del éxito en el logro de una puesta en escena fabulosa, que no deja detalles al azar, portadora de mensajes polisémicos de amor, de libertad, de espiritualidad, de respeto a la naturaleza y a los ancestros donde cada uno de los que la presenciamos nos convertimos en pez, en tambor, en tierra, en agua a través del conjuro a un Makandal eterno.