Nicole López
Especial para elDigital.com.do
Tres mujeres, una empleada pública, una enfermera y una maestra relatan para elDigital.com.do los malabares diarios que tienen que hacer para llevar pan a su casa
Sin lugar a duda, la pandemia ha cambiado por completo nuestra vida cotidiana, enfermando el ‘mundo’ y su economía. ¿Los más afectados?, por supuesto los que menos tienen y pueden.
El alto costo de la vida, cada día pone de rodillas a personas que tras la pandemia han perdido su modo de ingreso.
La estudiante universitaria y madre soltera, Laura campusano, nos cuenta su historia: «Honestamente cuando inició la pandemia yo estaba suspendida de mi trabajo, siendo madre soltera y recién parida, el salario había disminuido y no me alcanzaba para mantener el niño, la casa y mis gastos extraordinarios, por lo que empecé a experimentar el mundo de las ventas”.
Dice que empezó vendiendo ropa interior y algunos accesorios y le iba bien porque hacía mucho rejuego con el salario muy mínimo que me pagan.
Ya, luego de un año de pandemia me reintegré a mis labores y actualmente sigo con el emprendimiento para seguir saliendo adelante, con el alto costo de los alimentos porque cada día más los alimentos suben al cielo”, expresó.
La licenciada en Enfermería, Antolina Delgado, también nos comenta todo lo que ha tenido que pasar tras estos meses largos y duros de la pandemia. Dice que después de la pandemia, y debido a los altos precios de los alimentos, tuvo que recurrir en busca de un segundo empleo, para sostenerse económicamente.
“Bastante mala es mi situación, el dinero no me alcanza, mi esposo lo cancelaron del trabajo, todo un caos”, agregó.
Añadió ,“Mi gasto mensual es de 50 mil pesos y mi sueldo es aproximadamente de 30 mil , tengo dos hijos , un esposo y dos trabajos, es difícil pero hay que hacer sacrificios para un mejor futuro”.
“En este país cada vez vamos de mal en peor ya que aumentan todo pero el sueldo sigue siendo el mismo miserable de siempre y no hay un equilibrio”.
Actualmente, Delgado labora en dos laboratorios clínicos en busca de una mejor estabilidad económica para ella y su familia.
Al igual que, Mercedes Gutiérrez, madre de tres hijos y subdirectora de la Escuela Padre Sindulfo, en el sector de Villa Mella, explicó que en su caso particular, ha debido a aprender administrarse lo mejor posible, a través de un plan de austeridad en la compras de los alimentos.
Ha sido un gran cambio, el cual ha afectado en forma negativa, debido al sobreprecio, dijo.
“Mi gasto mensual no supera mi sueldo, pero debido a que cobro muy poco, pues me descuentan préstamos e impuestos, lo que me queda, realmente no me alcanza para el gasto mensual”, expresó
«Estamos cargando una cruz muy pesada con el alza de los precios de la canasta familiar y la gasolina, lo que resulta agobiante, temo que esto podría desencadenar una situación de protesta», manifestó la subdirectora.