El Rey del Mariachi murió el 9 de diciembre, Día de la Virgen de Guadalupe, patrona de México a quien el artista rendía honor durante esta celebración cantando ‘Las mañanitas’
No podía ser de otra forma. El último adiós a Vicente Fernández fue dividido entre lo que significa un funeral convencional y un gran concierto para los fieles seguidores de Chente. Fue parte tristeza y parte celebración. Y es que así lo quiso él, quien había dejado clarísimo a lo largo de los años que no quería que su despedida final fuese solo lágrimas, sino una celebración a lo que fue su vida sobre los escenarios.
Por eso, en la tarde de este domingo 12 de diciembre, el féretro con sus restos fue llevado a la Arena VFG, a la que el artista donó a su ciudad de Guadalajara.
Allí fue colocado el ataúd con sus restos, en pleno escenario que fue convertido en una especie de altar, con un gran crucifijo presidiendo la escena y a un lado una hermosa imagen de la Virgen de Guadalupe para acompañaba el féretro del “Charro de Huentitán”. Sobre el ataúd, que estaba rodeado de un mar de flores blancas, reposaba el sombrero de charro preferido de Chente, el cual brillaba por el reflejo de las luces.
Por horas y sin cesar, centenares de personas hicieron filas guardias al lado de los restos del Rey del Mariachi. La primera estuvo a cargo de sus hijos, los tres potrillos Vicente Jr., Gerardo y Alejandro Fernández. Luego fueron pasando sus hijos, nietos, sobrinos y otros allegados. Detrás de ellos, en una pantalla gigante daba vueltas el logotipo con sus iniciales y abajo su mariachi tocó y cantó por horas sus canciones.
Miles de personas los acompañaron y lucharon porque la voz le ganara la batalla al llanto. No siempre lo lograron y no solo en el caso de los fans de el Chente. El cantante Pepe Aguilar, su esposa y sus hijos menores Leonardo y Ángela se quebraron al hacer guardia al lado del féretro. Las lágrimas del hijo de Don Antonio Aguilar rodaron por sus mejillas, mientras que Ángela contenía el llanto por la partida del ídolo que un día le regaló un caballo en su cumpleaños. Eso se lo contó en una ocasión a Los Angeles Times en Español.
Lo mismo les pasó a muchos de sus amigos y parientes. Seguramente fue algo que se vivió en muchas casas donde se pudo ver la transmisión en vivo a través de Univision y luego en Unimas para darle paso a la Gran Final del futbol mexicano.
Sin embargo, nada fue más conmovedor que ver a su viuda llegar hasta el ataúd. Allí, Alejandro, el único hijo de Vicente Fernández en triunfar como artista, cantó “Amor de los dos” abrazado a su madre María del Refugio, mejor conocida como Doña Cuquita, quien se mostraba muy afectada y ausente a pesar de toda la algarabía se vivía en el recinto de la Arena VFG.
Los Angeles Times