Petra Saviñón Ferreras
Mi entrega anterior desató un alud de comentarios, lavalas, la mayoría sustentados en interpretaciones. Ocurrió, aunque a diferencia de la literatura, los artículos de opinión son textos con una idea plasmada sin rango para la subjetividad. Son el parecer del autor sobre un tema. Creo que todavía.
Entre las críticas, la de mi asiduo lector Hi Camilio, que suele leerme vendado por el prejuicio. Me acusa de católica, basado sobre mi punto seis, en el que digo que la materia religión en las escuelas ha sido limitada al catolicismo.
¿Puede alguien defender algo cuando lo precede de la palabra limitada? Remito al diccionario.
El lector Banelette Interpreta a su manera,“se evidencia, aunque sin decirlo, que la autora esta de acuerdo con la lectura de la Biblia en las escuelas” y en un intento por parecer culto, plantea lo de apartar a la mujer menstruante y la lapidación. Dos argumentos muy usados y manoseados.
Esto pese a que lo único que hice fue señalar un criterio errado usado para rechazar la lectura de la Biblia y hasta presenté motivos que sí validan el rechazo,como que afectaría a alumnos cuyo libro sagrado es otro.
Además ¿Olvida Banelette o no sabe que el propio Jesús, para los cristianos el Cristo, desafió esas costumbres? Recordar cuando le fue presentada la mujer adúltera, que el cristianismo no está regido por la ley o la torá y que los judíos, por tantos años refugiados, sobre todo en Europa, ya no ejercen esas prácticas. Por cierto, Cristo es una palabra griega y no hebrea ¡Qué cosas!
Otros me acusaron de estar contra los niños de Haití. Me conmueve su interés y confío en que siempre estén dispuestos a tenderles la mano y a todos los pequeños carenciados, porque aquí la defensa de los haitianos es un negocio que beneficia a muchos, menos a esos seres humanos.
Pero igual, en un país en el que estamos acostumbrados en las escuelas a tantas lecturas forzadas, ahora nos vemos de nuevo en este debate.
Todos los años, los padres recibimos una lista de libros de texto a comprar y los de literatura son obras por encargo que las editoriales venden a los centros privados. Un pésimo proceder que puede acabar con el interés de los niños por la lectura.
Critico toda literatura obligada y eso lo plasmé en mi artículo De Biblia y otras lecturas impuestas. Por tanto no había que volver al tema en mi trabajo de la semana pasada, porque mi intención era señalar la errada sustentación del rechazo en que discriminaría a los niños haitianos porque practican el vodou.
En conclusión, el asunto es que las posturas hay que defenderlas con argumentos sólidos, que puedan sustentarlas.
No basta con defender o rechazar, es clave la cultura general, el conocimiento suficiente para debatir. Ni siquiera es cosa de poseer razón, porque una pobre defensa puede hasta hacer que condenen a un inocente.
Por eso la importancia de la cultura general y claro, de la lectura comprensiva.