Empezó en Tailandia, asociado a la comunidad LGTB, pero ya llegó a España. Hablamos del blanqueamiento de pene, un tratamiento para rebajar los tonos de la piel en esa zona del cuerpo y al que cada año se someten más hombres. En el Instituto Médico Láser de Madrid, un centro especializado en este tipo de técnicas ya han tratado a más de una treintena de pacientes sólo en los dos últimos años.
¿Quién quiere blanquearse el pene?
Principalmente, y contrariamente a lo que sucede en países como Tailandia, el cliente tipo que demanda este tratamiento son jóvenes, de entre 20 y 35 años, heterosexuales y con un problema en común: “Racialmente hay personas con piel muy clara que tienen las zonas genitales muy oscuras. Es una cuestión puramente estética para igualar los tonos”, explica el doctor Emiliano Grillo, dermatólogo del Instituto Médico Láser.
Esta diferencia de tonalidad crea en estos hombres graves problemas de autoestima que afectan a su vida personal: “Para muchos de ellos es como una obsesión que les llega a limitar a nivel sexual por vergüenza”. Por ello, someterse a un blanqueamiento de pene, o de testículos, supone un cambio de gran impacto en la calidad de vida de estos hombres.
En Tailandia
Lelux Hospital es la clínica, renombrada por sus tratamientos de blanqueo de cuerpo, que comenzó a ofrecer el servicio de blanqueamiento de pene cuando un cliente se quejó de sus «oscuras» partes íntimas.
El tratamiento utiliza un láser blanqueador y, debido a las imágenes que el propio hospital publicó del hombre sometido a dicho tratamiento, ha sido muy comentado y ha generado una gran polémica en redes sociales.
«Últimamente mucha gente está pidiendo lo mismo. Tenemos unos 100 clientes por mes, tres o cuatro clientes diarios», asegura Bunthita Wattanasiri, responsable del departamento Piel y Láser del Lelux Hospital.
El servicio de blanqueo requiere al menos cinco sesiones y tiene un precio total de unos 650 dólares aproximadamente.
Además Bunthita explica que la edad de la mayor parte de los clientes oscila entre los 22 y los 55 años, y normalmente pertenecen a la comunidad LGBT. La responsable del departamento Piel y Láser advierte que «hay que hacerlo con mucho cuidado, porque es una parte muy sensible del cuerpo».
En redes sociales las opiniones sobre este servicio son diversas, el usuario Parin Ruansati comentaba: «Oh Dios… ¿Qué le está pasando al mundo?»; mientras que otros usuarios se planteaban: «¿Y por qué no?».
Fuente: AFP y La Vanguardia