María Fals Fors
M.A Historiadora del Arte. Crítica de Art
Freddie Javier nace en Hato Mayor del Rey, allá en los años cuarenta cuando el tiempo se movía más lento, entre la planicie y las montañas del Este de esta media isla de sol y palmas. Rondaban por entonces fantasmas del autoritarismo y de la naciente Guerra Fría, así como una transitoria bonanza económica derivada de los altos precios del azúcar.
Desde joven fue amante del color y sus reflejos y pronto pasó a estudiar en la Academia de Bellas Artes, de la que se gradúa en 1970. Pintor de lienzos fabulosos, tiene en su haber también la ejecución de excelentes murales, realizados con la técnica del fresco, la que también trabajó Jaime Colson, uno de sus maestros.
Entre sus murales más importantes están los de la iglesia de La Altagracia en Santo Domingo, el de la Piscina Olímpica y el denominado Orígenes, creado para el Centro Cultural Cuba Ocho en Miami, donde mostró las raíces comunes de Las Antillas a través de la representación de instrumentos tradicionales.
Pintor de la Generación del 60 lleno de vigencia, le agrada representar en óleo temas de la vida del pueblo, los motoconchos y guaguas, las raíces africanas, las palmas, la naturaleza, las flores y la fugacidad de la luz que incide sobre cuerpos desnudos de figuras que esconden el rostro y se pierden en un brumoso conjunto, nacido de las profundidades de la imaginación de su autor.
Entre sus numerosas exposiciones se han destacado Suite Caribe en Miami en el 2012, Africaribe en la Sala Ramón Oviedo del 2007, el Ciclo del Agua en la Galería Arawak del 2006. Más recientemente se aprecia la exposición colectiva de la Segunda Bienal del 7, auspiciada por Darío Portalatín, en cuya organización estuvieron Glaem Parls, Wilfredo Velázquez, Domingo Acevedo y Fausto Aybar. También ha participado en muestras colectivas, en lugares tan diversos como Italia, Venezuela, Puerto Rico, EE. UU y Japón.
los premios más relevantes recibidos por este artista, están el Primer Premio de Dibujo de la XIX Bienal de Artes Visuales del Museo de Arte Moderno de Santo Domingo en 1993 y el Tercer Premio de Pintura de la XVII Bienal en el 1989, así como la mención de Honor del II Salón de Dibujo de la Fundación Arawak en 1991.
Ha sido presidente del CODAP en varias ocasiones y profesor por más de treinta años de la Escuela Nacional de Bellas Artes (actual ENAV). La cuarta edición de Art Foro, celebrada en Blue Mall en Punta Cana entre el 14 y el 20 de diciembre de 2020, estuvo dedicado a reconocer su trayectoria y trascendencia como artista.
La obra de Freddie Javier se mueve entre las dos tendencias fundamentales del arte a partir del siglo XX: la figuración y la abstracción. Sus creaciones, llenas de originalidad, reflejo de la identidad cultural del pueblo dominicano, poseen un gran dinamismo y un alto valor estético, reconocibles a través de su sublimación de la poética del diario acontecer, de su representación del fluir de la interacción social y la captación de los objetos de la cultura urbana y de la naturaleza.
Sus líneas oblicuas, a veces ondulantes, a veces quebradas, envuelven las formas y encierran una gama de matices increíbles. Más de diez tonalidades de rojos, de verdes, azules o amarillos se revelan ante los ojos deslumbrados del espectador.
Al romperse en sus cuadros la relación figura-fondo por la superposición de elementos, recrea la emoción del descubrir, del decodificar un pie en movimiento, la humilde gorra de un obrero, las piernas sensuales de una mujer o la rueda en movimiento de un medio de transporte.
Un expresionismo lírico, depurado de agresividad y sufrimiento, nos infunde placer ante la belleza, ante los contrastes, ante la magia de un tronco que se convierte en torso y viceversa.
Las tamboras y las güiras nos hablan de lo nuestro, los senos y glúteos entre las hojas y el cielo nos hablan de amor. La policromía y la perfecta interacción entre línea y color dialogan con nosotros sobre la necesidad de la armonía, de lograr el orden y el equilibrio a través de lo diverso.
Los valores artísticos y el depurado simbolismo de sus creaciones han convertido a Freddie Javier en uno de los mejores exponentes de la plástica dominicana de todos los tiempos.