Margarita Quiroz
“Hay que dejar que la gente se case tranquila”, expresó el ministro de Salud, Plutarco Arias
Con la irrupción de la pandemia de la covid-19 en el mundo gran parte de los contagios se originaron en celebraciones de bodas. República Dominicana está en la lista. Recuerden la famosa nupcias entre las familias Sanz Caban y León Bisonó celebrada en Punta Cana, en marzo pasado, justo cuando entró la pandemia al país, y donde varios de los invitados se contagiaron.
Esta situación se replicó en varios países. En Uruguay, otra boda acaparó la atención de la prensa internacional: la famosa diseñadora uruguaya, Carmela Hontou, fue a una y contagió a 20 personas con covid-19, generado la indignación masiva de la población, aunque ella desconocía estar infectada.
El tiempo ha pasado, la pandemia ha causado estragos no esperados, en todos los órdenes, y con ellos algunos planes de boda fueron aplazados, otros simplemente no se realizaron y, otros casos, sí han tenido un final feliz.
Pero, qué de aquellas que mientras los novios e invitados están en plena ‘gozadera» terminan con un final muy amargo. Al estrés propio de organizar una boda se le suma la realidad imperante y el susto de que, en algún momento, se puede tirar la Policía dispuesta a montar en ‘la camiona’ a todos los presentes.
Los casos los vemos con frecuencia en las redes, los invitados muy «trajeados», o con vestimenta temática, haciendo su fila para subir al camión del Cuerpo del Orden y luego amanecer ‘trancao’. ¡Qué estrés!
El caso más reciente es la celebración nupcial en el Santo Domingo Country Club, este fin de semana, ¿resultado? varias personas presas, interrogatorios y el muy exclusivo centro de entretenimiento familiar cerrado.
Este lunes, la Fiscalía de Santo Domingo Oeste citó al presidente de la Junta Directiva del Santo Domingo Country Club, como parte de la investigación con la que busca establecer responsabilidades y gestionar sanciones respecto a la congregación de una multitud que violó los protocolos sanitarios.
Anterior a esta boda, también se hizo viral la celebrada en un famoso y exclusivo restaurante de la ciudad de Jarabacoa, donde la Policía irrumpió y apresó a todos los invitados – unos 70 en total- por violar la disposición del toque de queda.
Entonces, surge la pregunta: ¿vale la pena arriesgarse a celebrar una boda en estas circunstancias? Hoy, el ministro de Salud Pública, Plutarco Arias, contestó esta interrogante: “Hay que dejar que la gente se case tranquila”, dijo el funcionario.
La realidad es que este es un derecho que le asiste a todas las personas mayores de edad. El que quiera casarse que se case siempre y cuando respete las medidas sanitarias impuestas por las autoridades y no ponga en riesgo a sus invitados que, por demás, debe ser un círculo muy cerrado.