Las medidas de confinamiento y de distanciamiento social provocadas por la pandemia de la COVID-19 tienen un fuerte efecto psicológico en los niños y ancianos, y además pueden causar un cambio importante en las relaciones a futuro, declaró a Efe la experta española María Palacín.
«Van a haber muchos problemas psicológicos y muchos van a estar en función de las edades y las red de las personas», aseguró Palacín, quien es una de las expositoras internacionales invitadas de manera virtual al Congreso del Bien-Estar, organizado por la Oficina del Bienestar y Salud de la Universidad de Costa Rica y que dio inicio este martes.
La psicóloga explicó que las personas mayores son la población que, además del alto riesgo que corren sus vidas por el virus, también sufren las mayores consecuencias del distanciamiento y el confinamiento.
Muchas personas mayores son activas y tienen relaciones estrechas con sus familias, por lo que el confinamiento supone un duro golpe a nivel psicológico.
«El aislamiento, que causa que los nietos o los hijos no puedan verles, impacta de manera directa en la salud de las personas mayores. Está demostrado que el aislamiento es una razón que influye en la muerte, en la calidad de vida y en el bienestar», aseguró Palacín.
En cuanto a los niños, la experta explicó que la escuela es un factor importante en su desarrollo social que se ha visto limitado por la pandemia.
«Los niños tienen miedo de ir a la calle y pueden desarrollar trastornos de socialización. La escuela es un agente socializador importantísimo. Cuando quitas este agente, estás limitando que los niños entrenen habilidades personales, se está retrasando una madurez de la persona y hay problemas de agorafobia, ansiedad y angustia», detalló Palacín.
En cuanto a los jóvenes, la psicóloga comentó que la pandemia ha quitado los espacios de ocio, deporte y de interacción social, lo cual puede afecta psicológicamente a las personas.
«Se han quitado espacios de ocio y la gente joven pueden caer en conductas más peligrosas. La ludopatía, que es un problema de salud mental, los videojuegos, el consumo de drogas o de alcohol», dijo.
La especialista comentó que las relaciones humanas tienen un impacto positivo en la salud de las personas.
Palacín explicó que los efectos psicológicos del confinamiento podrían ser más palpables en el mediano y largo plazo, por lo que instó a los Gobiernos a invertir más en medidas de prevención.
«Está apareciendo la tristeza, el temor, la angustia, la ansiedad y de alguna manera es un golpe de realidad, porque la realidad es que esto es preocupante y tiene consecuencias en nuestra salud y en nuestras relaciones, en la economía y en la manera como nos vamos a mirar unos a otros», declaró.
Agregó que existe «mucha tensión» entre las personas y que «no hay naturalidad» debido a la «desconfianza» que genera la posibilidad de que alguien pueda estar contagiado y transmitir el virus.
Palacín hizo un llamado a los Gobiernos para que inviertan en prevención y educación para la salud, y afirmó que en estos tiempos la psicología es más útil como una herramienta de prevención.
«Tenemos que generar espacios de comunicación, de encuentro y potenciarlos para que las personas reciban información. Espacios de educación para la salud que es lo que la psicología puede ofrecer ahora y se debe gastar en ello», argumentó.
Según la experta, los países que tienen políticas públicas preventivas están manejando mejor la situación.
EFE