María Fals Fors
M.A Historiadora del Arte. Crítica de Arte
La escultora Teidy Mora es oriunda de San Juan de La Maguana. Esta artista ha gestado una producción artística de alto valor estético inspirada en el universo natural y en lo femenino. Sin embargo, no se queda en el especio de su obra individual, sino que comparte sus conocimientos, formando nuevas generaciones de artistas de la gubia y el cincel, a través de diferentes talleres de
arte y educación artística.
Sus primeras obras las inició en la República Dominicana en el taller del artista Luis Heredia, sin embargo, la mayor parte de su formación artística la obtuvo en Venezuela, donde residió por varios años por motivos familiares. En ese hermano país estudió en el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas Sofía Ímber y en el Taller Arte Fuego de Cándido Millán, donde recibió cursos de Orfebrería con Ursi Galletty y joyería con Christian Gramcko.
También hizo un curso de vaciado con Daniel Briceno Brazón, talleres de arte y creatividad con Douglas Carrasco y organizó varios eventos culturales junto a la artista y curadora Zulay Mendoza.
Expuso en Venezuela en más de veinte exposiciones colectivas y tres individuales, en lugares como la Galería Brazos, y la Biblioteca Nacional de Caracas. Sus obras además fueron presentadas en el Consulado de Venezuela en Houston, Texas.
En República Dominicana ha estado presente en diferentes actividades, algunas de ellas vinculadas al Centro Perelló, como lo fue el Primer Festival de Pintura de Punta Salinas en Baní, celebrado del 27 al 29 de noviembre del 2018.
El 10 de octubre de ese mismo año participó en la exposición colectiva de artistas sureños denominada Flor de Cactus en el Museo de Casas Reales. Su exposición más reciente fue la Colectiva Mujer Arte y Naturaleza realizada en el Centro Mirador de Santo Domingo el 11 de marzo de 2020, junto a las artistas visuales María Anunziata Ronzino, Mayra Hubiera, Josefina Garrido y Mercedes Ricourt.
¿Qué destaca en las obras de Teidy Mora que las hace originales y atrapan la atención del espectador, conduciéndolo a una fiesta del arte, de parábolas y de sueños?
En primer lugar, esa mezcla de figuración y abstracción biomórfica y sugerente, de formas turgentes y ángulos suavizados que convocan a recorrer, a viajar por el mundo recién creado de su idea poética, expresada en superficies diversas como la madera, la piedra, el metal, la resina o la mezcla de varios de esos materiales.
En segundo lugar, la carencia de frontalidad, ya que sus esculturas nos invitan a un girar de miradas alrededor de sus formas, para descubrir su sentido y origen generalmente inspirado en la naturaleza, en peces, en diosas , en sirenas e imágenes femeninas apenas sugeridas. Se siente el ritmo, la armonía, la unidad y estabilidad del círculo y, al mismo tiempo, la simiente del origen de la vida en cada una de sus espirales y óvalos.
En tercer lugar, la capacidad innata de esta artista para gestar una obra de excelente terminación y cuidado de los detalles, que invita a tocar, a acariciar su superficie brillante, asimétrica y sin rugosidades, y que deja una huella inolvidable en el alma del privilegiado observador, llenándola de placer estético y de paz.
Entre sus obras destacan Mujer libre (1997) realizada en Marmolina donde una mujer sin rostro sostiene la esfera de un mundo por nacer. En el Centro Mirador expuso una de sus mejores obras, el Ave del Paraíso, elaborada en el 2019, que es un pájaro-flor, de tonalidad rojiza, con forma alargada y mixtilínea, que termina en una saeta y se devuelve como bumerang amable en busca de su centro creador.
Entre ambas obras, la del 1996 y la del 2019, hay un mundo de espacios y momentos por los que que la artista ha evolucionado, avanzando hacia la estilización y el alargamiento, buscando cada vez más sugerir más que decir e imaginar más que representar.
Otras obras muy interesantes dentro de su repertorio son Familia hecha en bronce en 1996, Sirena del año 2018, tallada en maderas oscuras y Diversión Marina donde dos delfines, madre e hijo, nadan sobre un círculo metálico que los eleva y los hace flotar.
Actualmente está trabajando en el logro de uno de sus propósitos de vida: la creación de un taller de enseñanza artística para jóvenes de escasos recursos, contando con el apoyo de Ramón Mesa e Isabel Florentino a través de la Fundación Literaria Aníbal Montaño, así como con la colaboración de la Fundación Lucha por un Sueño de Juan Francisco Puello.
Que cada una de esas metas pedagógicas y artísticas se hagan realidad, Teidy Mora, que tu ave de madera roja te lleve en sus alas y que tu sirena negra cante para ti las canciones de las olas del mar.
Que puedas llevar siempre en tus manos, como la mujer de tu obra, ese mundo de arte y de buenos propósitos, y que alegres delfines en tus círculos mágicos sigan volando en giros de belleza y de esperanzas hasta la eternidad.