María Fals
M.A.Crítica e Historiadora del Arte
Las artes plásticas dominicanas han tenido una trayectoria muy significativa desde los aportes de Adriana Billini, de Leopoldo Navarro, de Abelardo Rodríguez Urdaneta y Luis Desangles Civili, en la búsqueda de un arte con identidad nacional tanto en la temática como en la ejecución.
Ya a comienzos del siglo XX, los desnudos criollos de Celeste Woss y Gil, el galope entre lo europeo y lo mestizo caribeño de Jaime Colson y la llegada de los artistas emigrantes españoles como Prats Ventós, Gausachs, Vela Zanetti y Manolo Pascual, vinieron a dinamizar el mundo artístico de nuestro país, con la presencia del Cubismo, el Surrealismo y la promoción de la influencia africana, ya presente en el arte de muchos representantes de las vanguardias europeas.
El 19 de agosto de 1942 se funda la Escuela Nacional de Bellas Artes bajo la dirección de Manolo Pascual, donde inicialmente impartieron clases Celeste Woss y Gil, José Gausachs, el alemán George Hausdorf y donde más tarde fungen también como profesores los alumnos egresados, tales como Gilberto Hernández Ortega, Luis Martínez Richiez y Luz María Castillo.
La misma funcionó bajo la Dirección Nacional de Bellas Artes amparada en la ley 311 del 19 de julio de 1940. Actualmente esta academia ostenta el nombre de Escuela Nacional de Artes Visuales (ENAV).
Esta institución desempeñó un importante papel en la formación de diferentes artistas plásticos como Ada Balcácer, Clara Ledesma, Domingo Liz, Rosa Tavárez, Leopoldo Pérez (Lepe), Elsa Núñez, Cándido Bidó, Aquiles Azar García, Iris Pérez y su actual directora Mirna Ledesma, y de representantes de generaciones aún más recientes como Nércido Beltré, Nervin Pepén, Génesis Beltré, Pablo José Capellán y Joel Báez, entre otros.
El museo de Arte Moderno, construido en base al diseño del arquitecto José Miniño, e inaugurado el 15 de diciembre de 1976, fue una institución también creada con la finalidad de conservar y divulgar el arte moderno dominicano e internacional y posee una amplia colección de pinturas, esculturas, fotografías, grabados y dibujos, patrimonio de la nación dominicana.
También ha sido centro gestor de Bienales de Artes Plásticas hasta su versión número 28. Entre sus directores han estado Antonio Fernández Spencer, Rosa Meléndez, Porfirio Herrera, Alberto Bass, Sarah Hermann y María Elena Ditrén.
A raíz del inicio del proceso de remodelación de la plaza de la Cultura y sus museos, incluido el de Arte Moderno, la celebración de la 29 Bienal de Artes Visuales se ha visto retrasada en su cronograma de celebración por varios años.
A esto se suma la situación del COVID 19 que ha paralizado las exposiciones presenciales de obras de arte, fomentándose como vías alternativas otras formas de presentar las obras, desarrollándose con más frecuencia exposiciones virtuales colectivas como es el caso de Mascarilla, que ha sido coordinada recientemente, junto a otras figuras, por el destacado artista visual y curador Mariojosé Ángeles.
Con un espacio de arte en crisis por diferentes factores, como son el poco apoyo financiero estatal de carácter crónico, la pandemia, el fallecimiento de promotores y mecenas tradicionales de los artistas dominicanos, la crisis económica y del mercado del arte, el escaso fomento de una educación artística que permita apreciar al público general el valor estético de las obras, nos vemos ante una situación altamente compleja que amerita un urgente cambio de rumbo.
La República Dominicana debe desarrollar una política cultural basada primeramente en la promoción y difusión de su obra artística a nivel nacional e internacional, promover un turismo no solo encaminado al resort, a las playas y al disfrute de las cálidas brisas del trópico, sino también orientado a promover nuestro patrimonio artístico cultural como Marca País.
Otra medida importante sería reconocer la importancia dentro de la enseñanza primaria y secundaria de la materia de Educación Artística, dotada ya de un amplio y novedoso currículo.
Conjuntamente se debe promocionar la carrera de Educación, Mención Educación Artística, ya presente en la UASD y en varias universidades privadas. Esto último permitirá la formación de profesionales dotados de metodologías que desarrollen en sus educandos la capacidad de percepción y apreciación de las artes en general, incluidas las artes visuales.
Se necesita el diseño de nuevas políticas públicas que impulsen las industrias culturales y creativas, las artes aplicadas, el teatro, la música. El papel del crítico y de los historiadores del arte es decisivo en este proceso para poder investigar, validar, apoyar y difundir los procesos creativos de los artistas dominicanos en los tiempos más recientes.
Por eso, desde la universidad estatal y otras instituciones de nivel superior, se debe motivar la presencia de la figura del profesor investigador. En estos momentos las numerosas horas de docencia presencial, y virtual a partir de marzo del 2020 por la crisis del COVID 19, limita poderosamente el tiempo posible a dedicar al estudio del acontecer cultural en la República
Dominicana.
Este 16 de agosto de 2020 se inicia un nuevo ciclo de gobernabilidad en nuestro país. Se abre un período que podría dar un giro favorable a la situación actual de las artes en general en nuestro país.
Confiamos en ser testigos y actores del fomento de instituciones, políticas culturales y educativas factibles y eficientes, que faciliten el desarrollo de la vida artística y cultural de nuestro pueblo, la creación de un universo local donde las mayorías puedan percibir y recrear un arte portador de principios éticos, que propicie el crecimiento humano en todos los órdenes, el pensamiento crítico y la búsqueda de la libertad individual y grupal.