Por María Fals
M.A.Crítica e Historiadora del Arte
Eliosnet Vidal es un destacado profesor de la Escuela de Artes Plásticas de la Facultad de Artes en la Universidad Autónoma de Santo Domingo desde el año 1999. A partir del 2018 ocupó el cargo director de dicha escuela. Está también al frente de su propia academia privada, donde desarrolla una excelente labor dentro de la pedagogía artística.
Eliosnet es un pintor riguroso, lleno de fantasía, onirismo y belleza formal y conceptual y al mismo tiempo un excelente gerente y gestor cultural.
En el año 2005 realizó una Maestría en Enseñanza Superior y otro Máster en Artes Visuales en el 2014, ambas en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Previamente, se graduó con honores en el 2004 de la carrera de Publicidad, Mención Ilustración y en 1987 de la Escuela Nacional de Bellas Artes.
Como miembro del Colegio Dominicano de Artistas Plásticas ha participado en exposiciones colectivas de gran valor como Nexos en el año 2012 y Nexos II en el 2017, ambas en la ciudad de Nueva York, así como Convergencias en el 2016.
Anteriormente había expuesto en Blue Mall, en la Sala de Exposiciones de la Facultad de Artes de la UASD, Museo de Casas Reales. En el 2004 presentó obras en la muestra “Arte, siempre Arte” organizada por Francisco Nader en Miami, Puerto Rico y
Trinidad Tobago.
El Maestro Eliosnet Vidal ha recibido varios reconocimientos como la Mención de Honor en el Concurso de Creatividad Universitaria (2010), en el 2003 un reconocimiento como jurado del tercer concurso de Afiches del Consejo Nacional de Drogas y en el 2004 un reconocimiento a la excelencia académica en la UASD.
Sus obras de destacan por la mezcla de lo cotidiano y lo surreal, con un trabajo de alta calidad en el dibujo y en la captación del color. Entre sus temas destacan animales símbolos como el perro fiel y valiente, el caballo libre encerrado en el tiempo, mientras que el colibrí de los sueños revolotea sobre la pared azul que lo limita y circunda.
Otros motivos que crea son la máscara del teatro de la vida, la niebla que todo lo vuelve difuso, la rígida ubicación de baldosas en el suelo, que cual tablero de ajedrez, puede ser escenario del jaque mate de las ideas y de los recuerdos.
Un elefante gris, superpuesto al rojo vida, se desliza en sus lienzos en un espacio repetido y ajeno. El paquidermo, envuelto en su pesada anatomía, contempla el vuelo de afortunadas y ligeras aves que lo circundan con su danza de felices remembranzas.
El búho de la sabiduría, la libertad presa en lo metódico, la flor que busca el sol y la alegría y la luna blanca y transparente, nos hace sentir que dentro de su mundo artístico hay un alma encerrada en sus costumbres, en su cotidianidad, que intenta florecer y salvarse más allá de lo externo y lo palpable.
En otras obras, la manzana tentadora ya mordida, brilla sobre una mano delicada, un ángel con el rostro cortado frente a un mundo arrebatado, mira al cielo o hacia un punto infinito y no preciso en un juego de amor y de búsquedas. Entre tanto, un ser busca abrirse a la luz, renacer de si mismo y proyectarse al futuro a través de lo eterno.
La pintura imaginaria, el Pop, el Hiperrealismo, el Simbolismo y el Surrealismo, son estilos que dejan sus improntas en la obra de Vidal y nos trasladan más allá, nos crean una “Tierra Media” como lo hizo Tolkien, donde se puede flotar sobre la tierra, romper las jaulas que encierran los jinetes, saltar más allá del aro de un circo de serpientes y devorar sin pecado la manzana de Guillermo Tell, no aquella del pecado y la expulsión.
Sigue adelante maestro con tu cafecito de plástica, donde has homenajeado a Lepe, a Norberto Santana, a Dionisio de la Paz, a Julián Amado y a tantos artistas en un diálogo con la crítica y con el público, dotado de un ambiente de respeto, de inclusión y de optimismo.
Sigue forjando espacios para los artistas en formación y dándote, no solo a través de tu obra personal, sino de los que beben de la fuente de tu experiencia.
Que siempre te adornen la prudencia, la sonrisa y la dulzura y que el colibrí y la flor puedan juntarse en tu corazón y en tu obra para siempre.