Mercedes Castillo
La honradez es concebida por la Real Academia Española como la rectitud de ánimo e integridad en el obrar; en la que la sinceridad y la transparencia son determinantes a la hora de pensar y actuar.
Este valor cívico-moral, es muy poco cultivado hoy día en la familia, escuela y en la comunidad, siendo nuestra niñez, adolescentes y jóvenes lo más afectados, pues crecen y se desarrollan con esa falencia en su formación y orientación, que lo llevan a comportarse de manera deshonesta Las personas honestas no hablan mentiras, no engañan a los demás, roban, en fin, son personas honorables. Pues, justamente es su sello de distinción.
Uno de los graves problemas de la sociedad en estos momentos es la ausencia de los valores cívicos morales. Realmente, no hay freno moral. En nuestro país, una parte significativa de los funcionarios públicos y hasta privados roban, se apropian de cosas que no le pertenecen.
Por eso el reclamo de Marcha Verde contra la corrupción y la impunidad ha tenido tanto respaldo social, especialmente de la clase media y de los sectores populares.
El buen obrar de las personas honradas, tanto en lo público como en lo privado, las convierten en personas honorables y hermosas dignas de emular. Es hora de cambiar de proceder y actuar con mayor responsabilidad social y personal, solo así podremos construir seres humanos dignos. Enhorabuena para el 2018.