Página Abierta
Departamento de Programación Monetaria y Estudios Económicos del Banco Central de la República Dominicana
Recientemente, el contexto internacional se ha caracterizado por una creciente incertidumbre, asociada principalmente al escalamiento de las disputas comerciales entre las principales economías y a la persistencia de conflictos geopolíticos, que han afectado el desempeño económico mundial.
Ante este escenario internacional convulso, y con el objetivo de edificar a los agentes económicos y al público en general, el Banco Central de la República Dominicana (BCRD) presenta este análisis sobre los retos que enfrenta nuestra economía, las medidas preventivas de política monetaria que se han implementado y las perspectivas macroeconómicas.
1. Focos de incertidumbre en el entorno internacional
Las tensiones del panorama internacional se han incrementado de manera significativa, debido principalmente a la guerra comercial entre Estados Unidos de América (EUA) y China, como fue explicado detalladamente en un artículo publicado recientemente por el Departamento Internacional del BCRD. La incertidumbre por estas disputas comerciales se ha exacerbado por el aumento de las hostilidades geopolíticas en varias regiones del mundo, así como por el riesgo creciente de una salida desordenada del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit).
Como consecuencia de estos focos de volatilidad gravitando en el entorno internacional, las perspectivas apuntan a un menor crecimiento global. En efecto, el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé una desaceleración mundial por segundo año consecutivo, al pasar de una expansión de 3.8 % en 2017 a un crecimiento proyectado de 3.2 % en 2019.
Además, el FMI estima que el impacto negativo de estas disputas comerciales se extendería por los próximos dos años, provocando una reducción del Producto Interno Bruto (PIB) mundial de hasta 0.5 puntos porcentuales (equivalentes a una pérdida en la producción global superior a los US$450 mil millones).
Los efectos de este panorama internacional complejo han comenzado a perjudicar el crecimiento de las economías avanzadas y emergentes. De manera particular, la actividad económica en EUA se ha moderado, influido por la ralentización de las exportaciones y la inversión, proyectándose una desaceleración del crecimiento económico que pasaría de 2.9 % en 2018 a 2.3 % en el presente año, menor a lo previsto inicialmente por Consensus Forecasts.
Más aún, el deterioro en los índices de confianza empresarial, junto a la inversión de la curva de rendimientos soberanos, son indicadores líderes que apuntan a una mayor ralentización económica, inclusive llegando a contemplarse por parte de los analistas la probabilidad de una recesión en los próximos dos años.
En este contexto, y tomando en consideración las bajas presiones inflacionarias, la Reserva Federal (Fed) redujo en el mes de julio la tasa de fondos federales en 25 puntos básicos, procurando estimular la demanda agregada y extender la fase expansiva del ciclo económico. Considerando la persistencia de los factores de incertidumbre, los analistas del mercado esperan recortes adicionales en la tasa de interés de referencia de la Fed durante el resto del año 2019.
En la Unión Europea, la actividad económica se ha debilitado aún más, al crecer 1.1 % en el segundo trimestre, debido a la caída en la producción industrial, a disputas comerciales con EUA y a la mayor incertidumbre en torno al Brexit, siendo probable una salida del Reino Unido sin acuerdos comerciales y migratorios.
En efecto, Alemania, Reino Unido y Suecia han reportado crecimientos negativos durante abril-junio de este año, mientras que la expansión de la producción en Italia fue nula.
En respuesta, el Banco Central Europeo (BCE) anunció un programa de provisión de liquidez para impulsar el crédito y se encuentra evaluando un conjunto de medid expansivas adicionales, incluyendo la posibilidad de que la tasa de interés de política monetaria se torne negativa y un nuevo programa de flexibilización cuantitativa a través de la compra de activos financieros.
En las economías emergentes, también se observa una ralentización del crecimiento. En ese sentido, China se expandió 6.2 % durante el segundo trimestre de 2019, su tasa más baja en casi tres décadas, afectada por una menor inversión de las empresas, por un debilitamiento en los indicadores de confianza de los agentes privados y por conflictos sociopolíticos en Hong Kong.
En América Latina la actividad económica se ha deteriorado sustancialmente, provocando que se revisen a la baja las perspectivas de crecimiento para este año 2019, apuntando a una expansión regional de 0.6 % según el FMI y de 0.7 % de acuerdo al Consensus Forecasts. Es importante señalar que siete economías crecerían por debajo de 1 %, incluyendo las dos de mayor tamaño (Brasil y México), mientras que Argentina, Nicaragua y Venezuela se mantendrían en recesión.
De acuerdo a las proyecciones más recientes de Consensus Forecasts, República Dominicana continuaría liderando el crecimiento regional con una expansión de 5.3 % durante 2019, en línea con su crecimiento potencial.
Al igual que en las economías avanzadas, los bancos centrales de la región se han ido moviendo hacia posturas más expansivas. Así, en los últimos meses se han reducido las tasas de interés de política monetaria en Chile, México, Costa Rica, Perú y RD, al tiempo que se han disminuido los requerimientos de encaje legal en Costa Rica, Brasil y RD para estimular la demanda interna.
Por otro lado, los precios de los bienes primarios en los mercados internacionales se han comportado de manera heterogénea. Por un lado, la desaceleración de la economía mundial ha presionado a la baja el precio del petróleo, mientras que el precio del oro se ha incrementado significativamente al ser utilizado como refugio de valor en períodos de alta volatilidad.
Es importante destacar que, a pesar del débil panorama mundial, la evolución del precio de estos commodities implica una mejoría de los términos de intercambio para la economía dominicana.
2. Desempeño y perspectivas de la economía dominicana
En el ámbito doméstico, el ritmo de expansión de la actividad económica se ha moderado más allá de lo previsto durante los últimos meses, debido al deterioro de las condiciones a nivel internacional y a factores de incertidumbre de carácter doméstico, característicos del ciclo pre- electoral, que han condicionado las decisiones de consumo e inversión de los agentes económicos.
De esta forma, el crecimiento durante el primer semestre fue de 4.7 %, inferior al potencial de la economía, mientras que la inflación interanual se ubicó en 1.40 % al cierre de julio, por noveno mes consecutivo por debajo del límite inferior de la meta de 4 % ± 1 %.
La moderación de la actividad económica y la ausencia de presiones inflacionarias, unida al deterioro del entorno internacional, motivaron la adopción de un conjunto de medidas monetarias expansivas por parte del BCRD, que incluyen la liberación de más de RD$34 mil millones para ser canalizados como financiamiento a los sectores productivos, así como la reducción de la Tasa de Política Monetaria en 75 puntos básicos entre los meses de junio y julio.
La implementación de estas medidas monetarias expansivas ha tenido un efecto multiplicador sobre el crédito privado. Desde el 1 de junio hasta el 22 de agosto, se han canalizado más del 46 % de los recursos liberados, equivalentes a unos RD$15,947 millones.
En adición a estos recursos del encaje legal, las entidades financieras han destinado como financiamiento privado unos RD$15,073 millones de fondos propios, para totalizar un incremento en la cartera de préstamos en moneda nacional de RD$31,020 millones en tan solo dos meses y medio. De esta forma, las medidas monetarias han contribuido a revertir la desaceleración que venía mostrando el crédito privado como consecuencia de un entorno internacional más débil y de factores de incertidumbre propios de un proceso pre-electoral que afectaron las expectativas de inversión y consumo.
En efecto, luego de las medidas monetarias, el crédito al sector privado se ha dinamizado, registrándose un crecimiento interanual en torno a 11 % al cierre de julio, por encima del crecimiento proyectado del PIB nominal.
En adición, se espera que se acelere el ritmo de expansión del crédito privado en los próximos meses, conforme los recortes en la tasa de política monetaria presionen a la baja las tasas de interés del mercado y se canalicen los más de RD$18 mil millones pendientes del encaje legal.
Estas condiciones monetarias favorables, unidas a un mayor gasto de capital en la segunda mitad del año consistente con lo contemplado en el Presupuesto Nacional, impulsarían la demanda interna, contribuyendo a que la economía cierre el año con un crecimiento en torno a 5 %, en línea con su potencial.
Por otro lado, las presiones inflacionarias permanecerían controladas, proyectándose que la inflación interanual se mantendría por debajo del límite inferior de la meta hasta el cierre del año. Este buen desempeño de la economía estaría acompañado del fortalecimiento de los fundamentos macroeconómicos, reflejados en bajos déficits gemelos, al proyectarse que continuaría el proceso de consolidación fiscal con un déficit del Sector Público No Financiero de -1.7 % del PIB, mientras que el déficit de cuenta corriente se ubicaría en -1.5 %, por debajo de su promedio histórico.
A pesar del contexto complejo, durante el año 2019 el desempeño positivo de las actividades generadoras de divisas como la inversión extranjera directa y las remesas ha permitido compensar la moderación reciente del turismo, inducida por la menor demanda mundial y por la campaña negativa ante casos aislados. Como resultado, las Reservas internacionales netas (RIN) cerraron el primer semestre en US$8,712 millones, significativamente por encima de lo previsto en el Programa Monetario. Es importante destacar que, si excluimos los depósitos del
Gobierno provenientes de la colocación de bonos soberanos, las RIN fueran de US$7,523 millones al cierre junio, unos US$731 millones superiores a la previsto para este período en el Programa Monetario.
En adición, la estabilidad relativa del tipo de cambio en RD durante este año ha sido notable, si tomamos en consideración el panorama internacional convulso. En efecto, la depreciación acumulada durante el año ha sido de 1.8 %, inferior al 2.9 % observado el año pasado durante el mismo período. En adición, de acuerdo a la más reciente Encuesta de
Expectativas Macroeconómicas que realiza el BCRD y contrario a lo señalado recientemente en la prensa, las expectativas de depreciación de los agentes privados se
mantienen bajas, esperándose una variación interanual en torno a 3.0 % para el cierre del año, por debajo del promedio de los últimos años y de lo contemplado en el Presupuesto Nacional 2019.
Este comportamiento del tipo de cambio nominal y las bajas presiones inflacionarias han contribuido a que el tipo de cambio real se mantenga en niveles competitivos, beneficiando al sector externo dominicano.
Como puede observarse, la estabilidad macroeconómica es el principal activo con que cuenta la República Dominicana ante un entorno convulso. El Banco Central considera que la actual coyuntura, de alta incertidumbre y de bajas tasas de interés internacionales, puede ser una oportunidad para que la República Dominicana se consolide como un destino seguro para los capitales extranjeros, que procuran invertir a mediano y largo plazo en economías con fuertes fundamentos macroeconómicos y con tasas de rentabilidad atractivas.
A pesar de enfrentar choques adversos externos y domésticos, la economía dominicana demuestra nueva vez su capacidad de resiliencia al permanecer como líder regional en términos de crecimiento.
En este sentido, el Banco Central asegura que no hay razones para que se afecten las expectativas de los agentes privados, ya que los cimientos de la economía dominicana son robustos y la institución se mantiene dando seguimiento al entorno internacional y doméstico para tomar de manera oportuna las medidas necesarias para preservar la estabilidad macroeconómica y el crecimiento sostenido.