Hoy, 1 de agosto, inicia la Semana Mundial de la Lactancia Materna
Poco más se puede agregar que no se haya dicho acerca de los beneficios de la lactancia materna y las maravillas que el llamado «oro blanco» concede a quienes se alimentan de él. Quién más quién menos, todos saben que la leche materna es alimento para el cuerpo, pero también es inmunidad frente a las enfermedades, es vínculo amoroso, es apego seguro. Y es prevención de enfermedades para la mamá, es menos posibilidades de depresión post parto y es la seguridad de estar haciendo lo mejor por ese hijo que trajo al mundo.
De lo que se sabe poco -aunque por suerte se habla cada vez más- es de la importancia de la red de apoyo que rodea a la madre y al bebé, especialmente durante los primeros meses después del nacimiento. Con especial atención en la pareja/padre, que la mayoría de las veces es la primera línea de apoyo, la evidencia sugiere que, al educar al entorno sobre los beneficios de la lactancia, es posible duplicar la probabilidad de que los bebés sean amamantados adecuadamente durante los primeros seis meses.
Además, recientes investigaciones demostraron que las madres buscan la participación activa de sus parejas, que las parejas también quieren desempeñar el papel que les corresponde y que una estrecha participación de la pareja tiene un efecto positivo en las tasas de lactancia materna. Por otra parte, se sabe que la red de apoyo se enfrenta a retos, como la ausencia de permiso parental, o el hecho de que este sea menor al de la madre, y la falta de información sobre la lactancia materna.
Está demostrado que las mujeres que reciben el apoyo de su pareja tienden a amamantar durante más tiempo. Además, educar al entorno de la madre sobre los beneficios de la leche materna duplica las probabilidades de que lo haga de manera exclusiva los primeros seis meses.
Infobae