Para Lionel Messi , la Copa América que se disputará en Brasil el próximo mes tiene un sabor especial. Porque más allá de ser una de sus últimas oportunidades de ganar un título con la Selección argentina mayor, luego de un sinfín de frustraciones, se le suma el final de temporada con Barcelona, donde perdió de forma increíble la semifinal de la Champions League y la final de la Copa del Rey.
Después de dos días de descanso desde la derrota con Valencia, el Diez partió de Barcelona durante la noche del lunes y el martes, apenas pasadas las 8.30 de la mañana, arribó al aeropuerto de su Rosario natal. Si bien en la ciudad santafesina sólo estaba previsto que bajaran su esposa y sus tres hijos y que Leo siguiera viaje rumbo a Buenos Aires para participar de la práctica matutina de la Albiceleste, la niebla que cubrió la capital durante toda la mañana complicó los planes y dejó al capitán varado durante algunas horas.
Finalmente, Messi pudo viajar cerca de las 10.30 y llegó a Aeroparque unos minutos después de las 11, al mismo tiempo que comenzaba el entrenamiento en Ezeiza. Finalmente, el rosarino llegó al predio poco después del mediodía y fue recibido por Claudio Tapia y César Luis Menotti, pero todavía no se encontró con la pelota: el Diez recién tendrá su primera práctica bajo las órdenes de Lionel Scaloni este miércoles.
AF