Rosa Francia Esquea
Este 2 de abril fue el Día Internacional del Libro Infantil. La Organización Internacional para el Libro Juvenil, mejor conocida por las siglas IBBY, con sede en Suiza, es la que promueve esa conmemoración el 2 de abril, en honor al natalicio, en 1805, de Hans Christian Andersen.
Cuántos niños no habrán disfrutado de los cuentos “El patito feo”, “La sirenita”, “La reina de las nieves” “El traje nuevo del emperador” y otros que, incluso, han sido objeto de adaptaciones como las que hace Disney con muchos de esos textos del famoso escritor danés.
En nuestro país la literatura para niños ha tomado impulso en los últimos años, tímidamente, porque un grupo de escritores se dedica a plasmar en sus textos esas historias, versos y novelas, despertando el amor por la lectura, la fantasía, la creatividad, el descubrimiento, las formas, los colores y las letras.
Pero se requiere de un esfuerzo colectivo, en el que intervengan además las casas editoriales, los centros educativos, las bibliotecas y bibliotecarios, los círculos literarios, clubes, los animadores, cuentacuentos y otros actores que tienen como misión entretener, llevar el mensaje, contar historias y otras actividades más con las que enamoran.
Aquí, quien escribe para los niños lo hace por vocación y necesariamente debe tener otra fuente de ingresos, porque no se da el apoyo necesario a la difusión del libro.
Ahora, con motivo de la implementación de las tandas extendidas en los planteles públicos, puede haber más espacios para la lectura y el Ministerio de Educación debe brindar un apoyo contundente a los autores, convocarlos a todos de manera pública a presentar sus propuestas a fin de que el libro, el libro de calidad, llegue a los chicos.
Y junto con eso llevar a los autores a las escuelas, y pagarles por su participación, recordando que cada viaje representa un gasto para esa persona: preparación del material, pago de taxi o de gasolina, salón, ropa y su tiempo.
Quiero destacar el trabajo de una década que hace la Biblioteca Infantil y Juvenil de la República Dominicana en pro de la difusión del libro y la lectura y por eso felicito a la vicepresidenta Margarita Cedeño y la directora Dulce Elvira de los Santos.